jueves, 26 de febrero de 2009
¿Podemos salir fortalecidos de una crisis?
Un ejemplo interesante son las ostras, que frente a una adversidad, generan cierta sustancia (nacar) que con el tiempo se transforma en perla!!!
Todos tenemos conflictos , crisis y nos enfrentamos en muchas ocasiones frente a las adversidades de la vida....lo bueno es poder tomarlas como grandes oprtunidades para "brillar".
SHABAT SHALOM!!!!!!
Graciela Feider.
EL Nacimiento de una perla es un suceso maravilloso. A diferencia de las piedras o metales preciosos que deben extraerse de la tierra, las perlas son creadas por ostras vivas en las profundidades del mar. Nacen de las ostras madres con lustre iridiscente y suave brillo interno que no se iguala a ninguna otra gema en el mundo.
Una perla natural empieza su vida cuando un objeto extraño, como un parásito o una partícula de arena, se aloja por accidente en el cuerpo suave de la ostra de la cual no puede ser expulsado.
En un esfuerzo por aliviar esta molestia, el cuerpo de la ostra inicia una acción defensiva.La ostra empieza a segregar una sustancia cristalina lisa y a la vez dura alrededor del objeto irritante, con el fin de protegerse. Esta sustancia es llamada nácar. Mientras el cuerpo extraño permanezca dentro del cuerpo de la ostra, ésta seguirá segregando nácar alrededor del objeto, capa tras capa. Después de varios años, el objeto irritante quedará totalmente encerrado dentro de esta sedosa capa cristalina. El resultado: la preciada y brillante gema llamada perla.
Parashat Trumá 5769
Radiografía de Bolsillo
Dice el Talmud en el Tratado de Eruvin (65b), que al hombre se lo conoce por tres cosas: BeKiso, BeKoso UBeKaaso. Traducido al español, este juego de palabras sugiere que al hombre se lo conoce por su bolsillo, por su copa (de vino) y por su enojo. La verdadera esencia del hombre, enseña el Talmud, se conoce a la hora de su ira (BeKaaso), cuando toma alguna copa de más (BeKoso) y –por último- al momento en que se le pide dinero (BeKiso). Allí aflorará la real naturaleza de cada mortal…
Gran parte de esta máxima talmúdica cobra relevancia al principio de Parashat Trumá. Parashat Mishpatim, la Parashá de la semana pasada, finaliza con una de las mayores expresiones de sumisión popular a la palabra de Di-s: Naasé VeNishmá (Haremos y escucharemos). ‘Estamos tan dispuestos a cumplir con la voluntad de Di-s –parece que dijera Israel- que ni siquiera tenemos necesidad de escucharla’.
¡Sublime!
Y entonces, Di-s pone en prueba la sinceridad de aquella sumisión al principio de nuestra Parashá. Daver El Benei Israel VeIkjú Li Trumá (Shemot 25, 2). 'Habla a los hijos de Israel y tomen para Mí una ofrenda'. ‘¿Así que están dispuestos a cumplir con Mi voluntad aun antes de escucharla? ¡Veremos qué opina su bolsillo!’, parece que dijera Di-s. Y ahí nomás solicita una ofrenda económica para la construcción del Mishkán, el santuario que habría de contener la presencia de Dios durante la travesía del desierto.
La sumisión de Israel, sintetizada por aquel 'Naase VeNishmá', es puesta bajo lupa al inicio de esta Parashá con el pedido de esta ofrenda. Tenemos demasiada propensión a hacer proclamas vanas de compromiso por aquellos valores en los que creemos. Proclamas que rápidamente se esfuman y quedan en la nada.
¿Crees en algo? ¡Comprométete!, es el mensaje de la Torá.
Y este mensaje se puede aplicar a diversas realidades.
¿Crees en la santidad de la Torá? ¡Comprométete con ella!
¿Crees en tu país? ¡Haz algo por él!
¿Crees en la misión de tu kehilá? ¡Da una parte de ti para ella!
¿Crees en algo? ¡Comprométete! Pues si no te comprometes, es porque no crees.
Rabino Gustavo Surazski. Comunidad "Netzaj Israel", Ashkelon.
martes, 24 de febrero de 2009
La calidad del medio ambiente en el judaismo
Este es el objetivo de las 613 mitzvot del Deuteronomio,y otras miles de mitzvot de Darbanan.
Las mitzvot de la biblia estan acompañadas en general por lindas historias para materializar la intencion de quien cumple con la mitzva.
La Tora comienza con la historia de la creacion cuyo claro mensaje es que D's creo el mundo entero, incluido el hombre. El hombre fue creado a la imagen y semejanza de D's y le fue entregado el paraiso "Le-avda-ule-shamra" (para trabajarlo y cuidarlo). Este es el primer indicio de que el hombre debe trabajar para sustentarse (incluso en el paraiso no hay comida gratis) y cuidar el lugar para que no se arruine. Es decir, tambien el paraiso puede arruinarse si no lo cuidan.
De la historia de la creacion se puede aprender que el hombre es el coronamiento de la creacion, fue creado a imagen y semejanza de d's y el mundo fue creado para el. Le es permitido subyugar al pez en el mar, al pajaro en el cielo y a todo animal sobre la tierra, como tambien reinar sobre todo lo material. Esto es de echo la calidad antropocentrica del medio ambiente , que ubica al hombre como centro de la creacion.
Despues que Cain mato a su hermano Abel, D's le dice: "trabajaras la tierra, que no te dara fuerzas extras". Este es el castigo de la tierra: ella no le dara su fuerza al asesino. Es decir que la tierra es muy importante en la creacion. De aqui deriva el punto de vista biocentrico de la calidad del medio ambiente, que ve al hombre como una especie mas dentro de la creacion y cuya importancia no es mas elevada que el resto de las especies. Este punto de vista es conocido como "ecologia profunda", que opina que el rio, la montaña, el arbol, el canguro, la liebre, tienen la libertad de existir por el solo echo de existir y no para servir al hombre. En el libro Job, se cuenta que D's envio nubes y truenos "leamtir-al-eretz-lo-ish-misvar-lo-adam-bo-leasvia-soa-umasa-uleatzmiach-motza-deshe" (para regar sobre tierra sin hombres, desierto sin hombres, para mitigar fuegos y para que crezca el cesped). D's se ocupa tambien de las zonas deshabitadas. A continuacion, describe D's distintas especies de animales, que el hombre no disfruta de ellos, como ser la mula salvaje y el ram (oryx). A cerca de todos ellos se enfatiza que el hombre no puede disponer de ellos para su provecho, es decir que tienen razon de existir por si mismos, sin ninguna relacion con el hombre. Tambien en otros lugares de la biblia, se pueden encontrar testimonios del minimo valor del hombre como ser: "adam-laevel-dama-yamin-ketzel-over) (tehilim). El Rambam se basa en este versiculo y dice en "more nevuchim – tercera parte – capitulo 13- " que cada ser existe con un objetivo propio y no existe por motivo de otro", es decir que cada cosa fue creada con un objetivo propio. En "Masechet Sanedrin" encontramos el equilibro entre los dos puntos de vista. Aqui encontramos la siguiente pregunta: por que fue creado el hombre al final de la creacion? De acuerdo a una especulacion, el hombre es el coronamiento de la creacion, es el invitado de honor en el mundo del Supremo, un mundo que fue creado para su deleite. No obstante, paralelamente a esta idea, esta la idea contraria: si el hombre comenzara a enorgullecese demasiado, se le dira: es preferible que el hombre conserve su modestia y no sienta que su dominio sobre el mundo es absoluto y legitimo.
Entre las 613 mitzvot de la Tora, hay algunas mitzvot que tienen influencia sobre el medio ambiente. Por ejemplo: "ki-tatzur-el-ir-yamim-ravim-lehilachem-alea-letapsa-lo-tashchit-et-etza-lindoach-alav-garzen-ki-mimeno-tochal-veoto-lo-tikrot-ki-haadam-etz-asade" (dvarim). Esta mitzva prohibe la tala de arboles frutales en tiempos de guerra, ya que de por si la guerra trae daño y destruccion de muchas cosas, incluidas ciudades y sus habitantes. Con mas razon en tiempos de paz no esta permitido talar un buen arbol. Nuestros sabios extendieron la prohibicion a la destruccion de arboles como metodo generalizado para resguardar el medio ambiente. La llamada "Vel tashchit": es la prohibicion a la destruccion de todo lo que puede traer beneficio alguno. Rambam sintetizo esto en las alachot de los reyes: "y no solo los Ylanot (tipo de arbol), sino tambien quien rompe utencillos, aja ropas, destruye edificios, o tapa manatiales, no obedece a la ley "Vel Tashchit" (no destruccion), y no padece sino la rebelion de sus palabras.
Sobre el tema de la polucion del aire, fijaron nuestros sabios que determinadas industrias deben situarse lejos de las ciudades, por ejemplo la industria de los cueros, estara alejada por lo menos 50 ama (forma de medicion de la antiguedad) de la ciudad. Tambien los quemaderos de calcio deberan estar alejados 50 ama de la ciudad.
Tambien sobre el tema de la contaminacion de las aguas dieron nuestros sabios su opinion sobre la prohibicion del lavado de manos y pies sucios de arcilla o excremento en fuentes naturales de agua.
En cuanto al tema del goce de la naturaleza, esta dicho que el hombre debe bendecir a D's cuando ve un arbol bello o un lindo campo o un vista hermosa, o incluso cuando ve una bella mujer, como esta dicho: "ma-rabu-maasecha-elokim-kulam-vejojma-asita-melea-aaretz-kinyanecha" (tehilim). Las poesias de Rabi Najman de Braslev sobre las hierbas es muy conocido. El Rab Kuk era uno de los admiradores de la belleza de la naturaleza, y se esforzaba por no cortar incluso ni una solo petalo o hoja que no fuera necesario, demostraba mucho respeto por cada flor o hierba, animal o ser humano ya que todos son creacion de D's y tienen importancia en el mundo. El rabi Shimon Rafael Hirsh escribio: "No para ti es la tierra, sino que tu fuiste dado a ella, tu la debes valorar como tierra santa, y ver en cada ser de la creacion, un ser creado por D's, un hermano para ti, para quererlo y ayudarlo a cumplir su rol de acuerdo a la voluntad de D's.
El tema mas complejo sobre la contaminacion ambiental es el de "lashon hara", y a el se refiere el judaismo muy severamente. Este tema no se menciona en absoluto dentro de las normas internacionales... esta grave contaminacion trae como consecuencia el odio gratuito y puede traer aparejada la destruccion de culturas como resultado de guerras internas y externas. El tema de "lashon hara" es tratado en la biblia y tambien en los dichos de nuestros sabios, y le estan relacionadas enfermedades como ser la lepra y la difteria. Nuestros sabios nos alertaron incluso acerca del "polvo de lashon hara" y han pedido que hablemos siempre una lengua limpia y bella.
No hay mejor final que el del "Midrash Kohelet Rava":
En el momento que creo el Supremo al primer hombre, lo presento frente a los arboles del paraiso y le dijo: " mira mi obra cuan meritosa es, y todo lo que cree, para ti lo he creado. Usa tu sabiduria para no arruinar ni destruir mi mundo, pues lo que destruyas, no habra quien pueda remendar tras de ti". Esta interpretacion es digna de ser tomada como clave par el cuidado del medio ambiente.
Dr. Abraham Hasson
Traducido por Laura Gru-Fiszman
jueves, 19 de febrero de 2009
Parashat Mishpatim
"Si prestaras dinero al pobre de entre mi pueblo que habita contigo, no te portarás con él como acreedor y no le impondrás usura" (Shemot 22, 24).
Aun cuando aquí se menciona al "pobre", dicha prohibición no hace distinción alguna en lo que respecta a la situación socio-económica de quien recibe el préstamo.
Rabí Menajem Mendel de Kotzk hace un exquisito juego de palabras respecto a este versículo, basándose en la cercanía lingüística existente entre el verbo "Lilvot" (prestar) y el verbo "Lelavot" (acompañar).
Dice el Kotzker Rebe: "Si existe un dinero que acompaña (melavé) al hombre, ese es aquel que destinó a la tzedaká y a la manutención del "pobre de entre su pueblo".
El Rebe de Kotzk fundamenta su comentario en las palabras de nuestros sabios en Pirkei Avot (6, 9): "Cuando el hombre abandona este mundo, no es acompañado ni por la plata, ni por el oro ni por las piedras preciosas ni por las perlas, sino únicamente por la Torá (adquirida en vida) y por las buenas obras (realizadas)".
Si resulta tan claro... ¿por que razón la enorme mayoría de la gente corre detrás de bienes materiales y no detrás de buenas obras?
El Jafetz Jaim trae una hermosa parábola que da respuesta a esta pregunta:Se cuenta acerca de un hombre que decidió abandonar a su familia en tiempos de sinsabores económicos.
Llegó a sus oídos la noticia de que al otro lado del mar existía un isla en la cual las piedras preciosas brotaban de los árboles.
El hombre no pudo conciliar el sueño hasta el momento de su partida. Sabía que en aquel lugar encontraría diamantes en cada rincón. En pocos segundos podría llenar sus bolsillos con piedras preciosas y regresar a sus casa para asegurarle un buen pasar a los suyos por el resto de sus días.
Al arribar a la isla, el hombre no pudo creer lo que veían sus ojos. Efectivamente, las gemas brotaban de los árboles y el suelo estaba tapizado de diamantes que reflejaban la luz del sol.
Comenzó rápidamente a llenar sus bolsillos con piedras preciosas, hasta que súbitamente fue atacado por el hambre. Ingresó al almacén más cercano, tomó de los mostradores algo de comida y de bebida y se acercó al dueño del comercio a fin de pagar la cuenta. Sacó de sus bolsillos un enorme diamante y dijo: "¿Tienes cambio o prefieres un diamante más pequeño?".
El dueño del almacén sonrío y le dijo: "Tú debes ser uno de esos turistas que llegan a hasta aquí para juntar diamantes... ¿¡Con diamantes quieres pagarme!? Los diamantes no tienen ningún valor en nuestra isla. ¡Aquí nada tiene más valor que el shmaltz (grasa de ganso)!".
Al cabo de unos días, el hombre ya había olvidado la razón de su venida. Por las noches el hombre ya no soñaba con diamantes sino con el vulgar shmaltz. A horas de su partida, el hombre pensó que no tenía sentido llevar de regreso a su casa diamantes sin valor. Fue el hombre y vendió todos sus diamantes adquiriendo, a cambio de éstos, un puñado de shmaltz.
Al llegar a su casa su mujer salió a su encuentro. Es de imaginar cuál fue la expresión de su rostro al ver que su marido traía en su equipaje shmaltz en lugar de piedras preciosas.
Dijo el Jafetz Jaim: El hombre viene a este mundo y en lugar de invertir su tiempo en "diamantes", lo invierte en shmaltz".
Tanto el Kotzker Rebe como el Jafetz Jaim sugieren cuál es el verdadero sentido de aquel versículo que dice "La obras de beneficencia (Tzedaká) libra de la muerte" (Mishlei 10, 2).
Dice el Talmud en el tratado de Baba Batra (10ª): dDiez cosas fuertes fueron creadas en el mundo
El peñasco es fuerte, (pero) el hierro lo raja;
el hierro es fuerte, (pero) el fuego lo ablanda;
el fuego es fuerte, (pero) el agua lo apaga;
el agua es fuerte, (pero) las nubes las transportan;
las nubes son fuertes, (pero) el viento las desparrama;
el viento es fuerte, (pero) el cuerpo lo aguanta;
el cuerpo es fuerte, (pero) el miedo lo doblega;
el miedo es fuerte, (pero) el vino lo desvanece;
el vino es fuerte, (pero) el sueño lo disipa;y la muerte es (la) más fuerte de todas (estas cosas).
Y las obras de beneficencia (Tzedaká) salvan de la muerte, como está escrito: 'Las obras de beneficencia (tzedaká) salvan de la muerte' (Mishlei, 10, 2).
Las buenas obras no siempre logran extender la vida física de los mortales. Hemos visto a muchos hombres y mujeres justos cuyas vidas concluyeron antes de tiempo. Sin embargo, el Talmud nos dice que la Tzedaká es una herramienta para nuestra trascendencia; la Tzedaká nos libra de la muerte en un estricto sentido espiritual.
Ésos son los bienes que acompañan al hombre al final de sus días, tal como sugiere el Kotzker Rebe.
Que seamos merecedores también nosotros de una vida colmada de buenas obras.
Rabino Gustavo Surazski. Comunidad "Netzaj Israel", Ashkelon.
miércoles, 18 de febrero de 2009
Bar Mitzva
domingo, 15 de febrero de 2009
Yo pienso queeeee .....
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Esta semana, nos preguntamos por que decimos Le-Jaim al levantar nuestras copas ?
Escuchamos ofertas !!! Solo tienen que dejar su comentario.
sábado, 14 de febrero de 2009
El antisemitismo
Revista Debate
07-02-2009
A PROPÓSITO DEL “REBROTE” EN LA ARGENTINA
El antisemitismo
Por Daniel Goldman
Primo Levi(1) citaba como su lema de cabecera la frase en idish iberguekumene tzores is gut tzu dertzeiln, ober nisht tzu leibn (aflicciones pasadas son siempre buenas para contar pero nunca para revivirlas). Este dicho del pensador italiano puede servirnos como una simple introducción para comprender el impacto cultural que tiene el ejercicio de la narración de los sufrimientos del pasado en la identidad judía, a la vez que expresa el dolor que se provoca cuando en el presente se reiteran ciertos actos que remiten a esos horrores pretéritos.
¿ES UN TEMA DEL PASADO?
Aunque suene obvio, vale la pena aclarar que el antisemitismo, que significa de manera genérica la hostilidad hacia lo judío y los judíos, sigue siendo una aflicción y una pesadilla no superada por el hombre, tanto a nivel individual como social. Desde la manifestación de un lefebrista, hasta una manifestación callejera.
Una encuesta realizada por esta misma revista(2) daba cuenta de que un 24 por ciento de los consultados respondió afirmativamente ante la pregunta de si usted cree que en nuestro pueblo hay un sentimiento antijudío.
El antisemitismo es un fenómeno complejo que va mutando de formas y métodos. Según Alejandro Dujovne, el mismo puede sobrevivir a través de expresiones simples y directas que evocan literalmente manifestaciones propias de la retórica nazi que no dejan dudas acerca de la intención de quien las expresa, así como también lo hace a través de otras formas menos visibles. En efecto, no hace falta escuchar decir a alguien “odio a los judíos” para decir que esa persona tiene opiniones antisemitas. De hecho, ésta puede pensarse franca y honestamente amiga de los judíos. Pero, al mismo tiempo, de manera espontánea y natural, es posible que repita una de las tantas fórmulas extraídas del viejo repertorio de prejuicios antijudíos como: “manejan los medios”, “en Estados Unidos controlan todo”, o bien “viste como son... por la guita, cualquier cosa”. Imágenes grabadas en un sentido común que, por esa razón, aparecen como descripciones verosímiles de la realidad. Y allí están estos retratos, disponibles para cualquier ocasión que precise dar una explicación de la conducta de un judío individual, o para reducir un complejo escenario político a un solo principio explicativo.
EL ALOSEMITISMO
Tal vez, hurgando en la misma dirección, deberíamos hacernos una pregunta más profunda: ¿Por qué lo judío ocupa tantos párrafos y tanto lugar siendo un colectivo bastante reducido numéricamente?
Para ello vale la pena repasar el concepto de alosemitismo. Acuñado por el escritor polaco Artur Sandauer, y retomado por Bryan Cheyette(3), consiste en la práctica de acotar a los judíos como pueblo completamente distinto a los demás para describirlos y comprenderlos.
Si bien en relación al alosemitismo se puede tener una actitud ambivalente (anti o filosemita), esta idea genera una heterofobia, o sea un resentimiento hacia lo diferente. La diferencia -sostiene Lacan(4)- la debemos pensar no como una afirmación ontológica sino como una variación sobre el distinto, pero también como lo amenazador, lo que debe permanecer en el sitio que el “poder” le asigna. Zigmunt Bauman(5) asevera que el resentimiento hacia lo judío forma parte no de una heterofobia sino de una proteofobia, es decir, el recelo y la irritación en razón de su otredad, entendiendo al otro, en términos de Lévinas, como alguien que socava la naturaleza monótona, repetitiva y predecible de la vida y el mundo. Lo inamoldable, en el esquema de pensamiento del antisemita, hace que no pueda encasillarlo en lo que supuestamente él entiende como religión, pueblo o nación, lo que transforma al judío en una fisura para el orden del mundo.
Este viejo prejuicio, con sus monstruosidades prácticas, según Flannery(6) tiene 23 siglos de edad.
¿QUÉ ES EL SIONISMO?
Sin duda alguna, el embate antinorteamericano en gran parte del mundo se lleva puesta otras ondas entre las cuales se encuentra el sionismo. Y, como dice Torcuato Di Tella(7), bajo la ola del antisionismo se recubre y se estimula una ola de antisemitismo puro y simple. En este sentido, vale la pena unas breves líneas en relación al sionismo(8).
El sionismo representa la idea esencial del retorno del pueblo judío, diseminado por todo el mundo, a la tierra de Israel. Aun con la existencia de una diáspora, que comenzó con la expulsión del pueblo hebreo en la época del imperio babilónico, el vínculo físico entre los judíos y la Tierra de Israel no se interrumpió en el transcurso de las generaciones. El sionismo, como movimiento político-social, comienza en 1897 por iniciativa e impulso del escritor Teodoro Herzl quien, impactado por el affaire Dreyfus, convocó al Primer Congreso Sionista, en la ciudad suiza de Basilea, dando a conocer al mundo el anhelo del pueblo judío de renovar su soberanía nacional. Paralelamente con el desarrollo del sionismo político, prosiguió la obra de los pioneros en la Tierra de Israel, quienes se dedicaban fundamentalmente a cultivar la tierra y a levantar poblados, basados en los principios cooperativos. El antisemitismo imperante en Polonia, Rumania, Hungría y otros paises europeos y, posteriormente, la Shoá, dieron lugar a la creación del Estado de Israel, en 1948. Si bien es motivo de cierto análisis de corrientes revisionistas, el lazo entre Israel y lo judío, cuando no indisoluble para algunos, por lo menos es muy estrecho para todos. Y si bien una crítica al Estado de Israel no es lo mismo que el cuestionamiento de su existencia, ni es lo mismo que un acto antisemita, como nos recuerda Judith Butler(9), cualquiera de estos argumentos puede formar pareja con cualquier otro.
Como todo prejuicio, el antisemitismo, que no es virulento en nuestro país, exige ser contrarrestado a través de un trabajo educativo sostenido, del mismo modo que resulta preciso trabajar para eliminar el conjunto de prejuicios que obstaculizan la construcción de una sociedad plural. En este sentido, soy un convencido de que la insistencia de una pedagogía del recuerdo, en este cruce de la particularidad de lo argentino y lo judío como también en general de cada colectividad, siendo ésta parte de una enseñanza oficial sobre el origen y el aporte de las diversas inmigraciones a este país, colaborarían de manera extraordinaria a la superación de paradigmas discriminatorios que tanto daño provocan.
Unido a esto, el tema de la Shoá debería ocupar un lugar importante en el espacio curricular, ya que la dimensión que este acontecimiento tuvo en la conciencia universal se suma al tema de la versión del nazismo nacional y sus implicancias en los aciagos días de la dictadura militar. Tanto Daniel Filmus y Juan Carlos Tedesco, a nivel nacional, como Mariano Narodovski en la Ciudad de Buenos Aires, han demostrado poner un énfasis importante en este tópico.
Sin embargo, el peligro mayor aparece cuando una organización política utiliza este tipo de fórmulas antisemitas como parte de su discurso. Este uso, ya sea más o menos consciente, es de otro orden de gravedad(10). Al reemplazar el análisis de la realidad y su complejidad por un principio explicativo antisemita, esta voz política no hace sino apelar a los más profundos prejuicios de sentido común. De este modo, al estar arraigados en la sensibilidad de una parte de la sociedad, estos discursos públicos tienen una potencialidad política peligrosa.
Estos discursos deben ser rápidamente identificados y neutralizados por todas las fuerzas políticas y de opinión que desean proteger la paz y la convivencia democrática.
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1 Primo Levi, El sistema periódico, El Aleph editores.
2 Debate, 28-9-2006.
3 Construction of the jew in english literature and society: racial representation, Cambridge University Press, 1983.
4 Jacques Lacan. Écrits. Ediciones. Seuil.
5 Citado en Cheyette y Marcus, Modernity, culture and the jew, Cambridge, Polity Press, 1998.
6 Edward Flannery, Veintitrés siglos de antisemitismo, Editorial Paidós, 1965.
7 Debate, ibid.
8 Ver más en Diccionario de Ciencias Políticas y Sociales, Torcuato Di Tella, Editorial Emecé, 2001.
9 Judith Butler, Vida precaria, Paidós, 2006.
10 Ver más en Goldman y Dujove, Antisemitismo disfrazado, Página 12 30-1-09
Shoá, dictadura y negación
NEWSWEEK
03-02-2009
Shoá, dictadura y negación
Por Daniel Goldman
No es mi intención hacer de estas líneas una lección de teología, ya que mis argumentos no están sujetos a los parámetros académicos de dicha disciplina, pero acaso ¿no será la teología el arte de reglamentar y encasillar las supuestas reacciones de Dios ante lo inexplicable? Así como resulta difícil encontrar una definición teológica judía de religión, también resulta demasiado complicado hallar una explicación teológica al problema del mal desde esta misma perspectiva. “Te he dado el bien y el mal, la vida y la muerte” dice el Deuteronomio. La filosofía judía y el problema del mal o de la muerte (dicho en términos más mundanos) nunca se llevaron muy bien, porque al decir del pensador judío Soloveitchik “el judaísmo ve en la muerte una contradicción religiosa”. Tal vez se deba a que ningún judío es religioso en el sentido tradicional de la palabra. Fuimos educados a religarnos en términos verticales, ya que la tradición enseña la dificultad de esforzarnos en trasladar la tierra al cielo, sino en amalgamar el cielo con la tierra, colocando toda la energía en la pugna para que este mundo (y no el otro) sea más rico en justicia y bondad. Para ello hay una insistencia en un metafórico retorno hacia los días del paraíso de la creación, no como figura nostálgica sino como una meta del destino, teniendo conciencia absoluta (y no relativa) de que al mal no se lo elimina, sino simplemente se lo combate. Eliminar al mal es fundamentalismo. Combatirlo es lo opuesto. En este sentido, la memoria resulta ser una de las herramientas esenciales del combate. La intimación recurrente a la memoria como agente de cambio, por más doloroso que resulte, es uno de los instrumentos con los que más insiste la tradición judía.
Dice Iosef Jaim Ierushalmi en su libro “Zakhor” que el verbo “recordar” en su expresión más simple aparece 172 veces en el texto bíblico. Eso cuantitativamente significa mucho, y presupone un mandato muy valiente en términos cualitativos. “La memoria es un trabajo”, como lo manifiesta Paul Ricouer.
La Shoá, que según Zygmunt Bauman “es el producto más legítimo de la modernidad”, y que ha sido mal traducido como Holocausto, es la gran ecuación que, como escándalo humano, ha ayudado a revivir el tema de la memoria en el mundo occidental y replantea el ejercicio cotidiano que en términos intelectuales y prácticos hacen a la faena de descubrir las formas mutantes en las que se va transformando el mal y el sometimiento. La dictadura militar argentina ha sido una de esas variantes.
Además de los reconocidos organismos de DD.HH., existen en nuestro país entidades que trabajan para perpetuar el ejercicio de la memoria y denunciar cualquier tipo de genocidio. La Comisión Provincial por la Memoria es una de las organizaciones que funciona entre otras cosas para establecer un puente entre lo ocurrido durante la época del terrorismo de Estado y el autoritarismo que hasta hoy día se mantiene en algunas reparticiones del Estado, como por ejemplo, en las cárceles de la provincia de Buenos Aires. La Fundación Memoria del Holocausto (FMH), creada en el año 1993, tiene como objetivo no permitir olvidar el horror del genocidio Nazi perpetrado durante la Segunda Guerra Mundial, a través de la creación de un museo, cursos, publicaciones y todo tipo de difusión de lo ocurrido con el pueblo judío. Ambas organizaciones, que surgen de un dolor genuino, tienen como eje fundamental la memoria, que sin duda alguna también resulta, hermenéuticamente, uno de los valores centrales de la vida cristiana.
Lejos de opinar sobre cuestiones rituales de la tradición cristiana y de las controversias sobre la inconveniencia o no de que el Papa Benedicto XVI haya perdonado a cuatro obispos católicos ultratradicionalistas excomulgados hace veinte años, considero que el lugar que me atañe como judío está vinculado a sumarme al clamor de molestia, tanto por las expresiones negacionistas de la Shoá por parte del inglés Richard Williamson, así como por su supuesta participación ideológica durante la dictadura argentina. Sus expresiones ante la televisión sueca no son producto de un malentendido, sino de una intención real de querer olvidar la historia, tergiversándola, ya que esa es la condición del negacionismo. Y como negacionista, Williamson debe alegar que la Shoá es producto de un mito, que es el fruto de una fabulación, que tiene como interés el fraude y su disparatado argumento también debe conducirlo a sostener que los desaparecidos están paseando ahora por las playas de Auschwitz y Treblinka.
Antisemitismo disfrazado
Página 12
30-01-2009
Antisemitismo disfrazado
Por Daniel Goldman * y
Alejandro Dujovne **
Cada tanto, y de manera cíclica, las pinturerías vuelven a vender sus aerosoles para que las cruces esvásticas se distingan de cualquier otro graffiti en esta ciudad. Para un judío, el símbolo nazi no es cualquier signo. Es el reflejo en la retina de una imagen hecha práctica oprobiosa, que convirtió al mundo en un infierno.
Obviamente, ésa es la intención al garabatearlas en las paredes. Podemos asumir que ciertos símbolos pueden despertar miedos que generen crisis. Pero, tal como decía Bobbio, las crisis pueden ser los crisoles de las ideas. En el pequeño acto que una izquierda vetusta realizó días atrás y que no juntó más de una veintena de personas, con cámara y verano sin noticias locales, se disputa algo más que un altercado ideológico.
La magnificación mediática lo convirtió en una imaginada movilización masiva que hizo palidecer las frecuentes manifestaciones de reivindicación social que aglutinan a miles en el centro de la ciudad. Así, daría la impresión de que el antisemitismo disfrazado de antisionismo resulta más redituable que los auténticos reclamos que este conjunto parece olvidar.
Siguiendo esta línea, el peligro radica en la penetración dentro de estos pequeños grupos de la peor ecuación de la derecha formulada bajo los términos de capitalismo-dinero-poder-apropiación, cementada y amalgamada con lo “judío”. Y vale la pena destacar dos simples detalles: acciones propias de grupos de choque de la derecha de antaño que hoy creíamos desterradas, tales como el escrache a un empresario por su condición de judío, hoy vuelven a emerger de la mano de este extraviado grupo de izquierda. Este acto no es menor ni debe pasar
inadvertido. Pero también, por primera vez, esta misma Convergencia absorta en sí misma tuvo el descaro de acercarse a la AMIA para manifestar. El carácter emblemático que encierra la AMIA y el dolor que conlleva esa cuadra no son un pequeño dato de la realidad. Atento a esto, el Gobierno no quiere que un segmento de la población sienta temor ni que la sociedad argentina sea identificada como antisemita porque, entre otras razones, en su gran mayoría no lo es.
El universo ideológico de la izquierda argentina era, hasta hace algunos años, lo indispensablemente impermeable a los mensajes revisionistas de la Shoá y a la lógica de que el enemigo de mi enemigo es mi amigo. Tampoco compraba el discurso de los grupos religiosos radicales terroristas. Esto era, en gran medida, resultado de la fuerte presencia de judíos en las filas de todos los movimientos de izquierda así como de la sofisticación intelectual de este campo político. Pero desde un tiempo a esta parte, en virtud de las transformaciones en la escena política internacional y de la pérdida de algunos referentes ideológicos claros, este conjunto minoritario y extremo del arco de la izquierda ha habilitado esta clase de arengas propias del nacionalismo filonazi.
El temor radica en la combinación entre la legitimación ideológica y el éxito mediático de ese mensaje antijudío, ya que puede propiciar la radicalización de este discurso y cierta expansión dentro del sector de la izquierda que desde hace algunos años viene manifestando una adhesión acrítica a las banderas de Hezbolá y Hamas. Si bien es algo potencial, el riesgo real únicamente radica allí y no en la existencia actual de un “antisemitismo galopante”. Pero en este sentido, vale la pena que nuestros colegas militantes del campo de los derechos humanos, intelectuales y organizaciones sociales presten atención y distingan entre la necesaria y comprometida polémica coyuntural sobre el Medio Oriente y cómo ella puede deslizarse de manera fácil e imperceptible hacia el antisemitismo, para no caer en el cinismo ético que hiere el orden del ser como base de la existencia humana.
** Cientista político.
jueves, 12 de febrero de 2009
Tu BiShvat
Por una pila de razones
Parashat Itró 5769
Aprendiendo a ser Gansos
Durante el Birkat HaMazón, la bendición que solemos decir después de las comidas (o más puntualmente, después de la ingestión de pan) solemos recordar a Di-s diciendo ‘ShAtá Zan Umefarnes Otanu Tamid, BeJol Iom UveJol Et UveJol Shaá’ (Di-s nos provee nuestro sustento, siempre, cada día, cada momento y cada hora).
Todos sabemos que Di-s no tiene horarios de visita ni guardias nocturnas. Tal como dice el Birkat HaMazón, atiende siempre.
Tal vez en su ánimo por imitar los caminos de Di-s, es que Moshé decidió no tener horarios de visita. Cientos, miles de reclamos diarios. Preguntas, dudas, consultas....
Y Moshé no daba abasto (¿Se habrá olvidado que a Dios se lo puede imitar, pero nunca igualar?).
Por lo visto, su suegro Itró vio su cara de agotamiento y le dijo: "¿Qué es esto que tú haces al pueblo? ¿Por qué estas sentando solo y todo el pueblo parado, cerca de ti, desde la mañana hasta la tarde?" (Shemot 18, 14).
‘¡Sólo no vas a poder!’, le dijo Itró. ‘Te vas a debilitar –no solamente vos- sino también el pueblo. ¡No se puede conducir a un pueblo en soledad!’.
El tema en cuestión no ha perdido actualidad. Hoy día en muchos países del mundo se sigue hablando en sintonía con el consejo de Itró. Es cierto que los tiempos han cambiado; hoy día se habla de reforma del Estado, por ejemplo, o de la reducción de los costos de la política.
Bien vale la pena escuchar el consejo de Itró. El problema de un país, no es que la política cueste plata. El problema de un país es que la política sea ineficiente.
Casi podríamos decir que Itró recomienda a Moshé elevar los ‘costos’ de la política. Itró le hace notar a Moshé que había muy pocos funcionarios, que había que nombrar agentes de justicia menores que lo ayuden a conducir al pueblo. Le enseña a Moshé que resultará imposible para él dirimir cada cuestión menor; Moshé debía ocuparse sólo de lo trascendente, de aquello para lo cual era imprescindible.
Debía ejercitar la renuncia (que es muy distinto a renunciar). Debía aprender a delegar funciones pero por sobre todo, rodearse de ‘Anshei Jail Irei Elohim, Anshei Emet Sonei Batza’ (Shemot 18, 21) (Varones capaces, temerosos de Di-s, varones amantes de la verdad y que aborrezcan el dinero mal habido).
La cantidad de funcionarios es algo absolutamente secundario en nuestra Parashá. No es ese un parámetro de transformación. Lo que realmente deja huella, es la calidad humana de aquellos que conducen los destinos de una nación. Su apego por la verdad, su rectitud y sus ansias de trabajar por el bien común.
Seguramente, alguna vez viajando por la ruta observaron a una formación de gansos volando en formación. No se si notaron –seguramente sí- que los gansos, como así también otros pájaros, vuelan formando una letra V.
La ciencia ha descubierto la razón por la vuelas de esa forma. Se ha comprobado que cuando cada pájaro bate sus alas, produce un movimiento en el aire que ayuda a volar al pájaro que va detrás suyo. Se ha comprobado que la bandada, volando en formación es un 70% más potente del poder que tendría cada pájaro si volara solo.
Es por eso que cuando un ganso sale de la formación enseguida siente la resistencia del aire, se da cuenta de la dificultad de volar solo y enseguida vuelve a la formación.
Pero se han descubierto otras cosas al respecto del vuelo de los gansos. Cuando el líder de los gansos se cansa, sigue volando, pero se pasa a uno de los puestos de atrás y otro ganso toma su lugar. Los gansos que va detrás graznan para alentar a los que van delante a mantener su velocidad.
Finalmente, cuando un ganso se enferma o cae herido por un disparo otros dos gansos se salen de la formación y lo acompañan para ayudarlo y protegerlo.
Varias enseñanzas podemos aprender de este fenómeno de la naturaleza, muchas de ellas similares a las que Itró transmitiera a Moshé. Trabajar en grupo siempre es ventajoso. Si bien, es uno sólo el que va a la cabeza, los que van detrás contribuyen en la eficacia del vuelo.
Se nos enseña que los gansos relegados, deben graznar. Su graznido ayuda a volar a los que van al frente; Si bien no pueden mirar siempre para atrás, deben saber que ellos no vuelan solos.
Se nos enseña que hay que saber resignar el liderazgo. Un ganso cansado que vuela al frente, termina perjudicando al conjunto de la formación. Si se va detrás, puede seguir siendo útil.
Y por último, se nos enseña que los gansos deben sentirse comprometidos por el dolor de sus compañeros. Que cada ganso es fundamental y que su dolor y su herida debiera dolerle a todos.
En estos tiempos de individualismos a ultranza, bien podemos escuchar la voz de Itró en el consejo que diera a Moshé casi tres mil años atrás. En estos tiempos en los que algunos siguen pensando que pueden salvarse solos, puede ser todo un elogio el que a uno le digan que es un GANSO.
Rabino Gustavo Surazski. Comunidad "Netzaj Israel", Ashkelon.
jueves, 5 de febrero de 2009
Tu Bishvat: La Fiesta de las Plantaciones y el Keren Kayemet LeIsrael
Todos los años, cuando llega Tu Bishvat, decenas de miles de niños y adultos en Israel toman parte en la Fiesta de las Plantaciones auspiciada por el Keren Kayemet LeIsrael. En su transcurso se plantan numerosos retoños en los bosques, forestas y parques del KKL, que con el paso del tiempo habrán de crecer hasta convertirse en los árboles que rodean nuestro país con un cinturón de fresco verdor.
Asimismo, quienes llevan a cabo las plantaciones pueden tomar parte activa en la configuración del paisaje y en la preservación de la naturaleza israelí. Cuando un niño observa el crecimiento de un árbol, sus esperanzas y deseos refuerzan su sensibilidad hacia el medio ambiente y aumentan su sensación de pertenencia al país.
La costumbre de las plantaciones data de poco tiempo atrás, y se inició con las motivaciones modernas de quienes se establecían en el país.
En tiempos del antiguo ishuv, la población judía se concentraba en las “cuatro tierras”, es decir, las cuatro ciudades sagradas: Jerusalén, Safed, Tiberíades y Hebrón, y casi no existían reservas agrícolas para los habitantes judíos. Con los inicios de la colonización agraria judía se compraron tierras en todo el país con el objeto de desarrollar una agricultura hebrea. En aquel tiempo se acuñó la frase “la redención de los suelos”, la agricultura se convirtió en un valor y también nació la costumbre de efectuar plantaciones en Tu Bishvat: en 1904, el Prof. Otto Warburg propuso crear un fondo sionista para la plantación de olivos en las tierras redimidas por el KKL. Ese mismo año murió Biniamín Zeev Herzl y se decidió dedicar el “Fondo de los Olivos” a la plantación de un bosque en homenaje a su memoria. En 1907-1908 se empezó a plantar árboles en tierras del KKL en la zona de Ben Shemen, en el sitio conocido hasta hoy en día como “Bosque Herzl”. Un avance importante en este aspecto se produjo gracias a la Organización de Maestros en la Tierra de Israel, que en 5665 (1905) declaró a Tu Bishvat como la fiesta de las plantaciones en todas las escuelas del país, la que fue celebrada públicamente y anunciada a las comunidades judías de la diáspora. De esta manera empezó la hermosa costumbre de las plantaciones anuales en Israel, que se mantiene hasta el presente.
“Desde la creación del mundo D’s no se ocupó inicialmente de otra cosa que no fueran las plantaciones, tal como dice: ‘Y plantó D’s un jardín en el Edén’. También vosotros, cuando entréis a la tierra, no os ocupéis inicialmente de otra cosa, sino de las plantaciones. A eso se refiere el versículo: ‘Y cuando viniereis a la tierra y plantareis’.” (Vaikrá Raba, 25).
Colaboracion: Graciela Feider
Parashat BeShalaj 5769
Hace unos meses, un miembro de mi congregación me contó que -antes de la creación del Estado de Israel- acostumbraba a pasar la festividad de Pesaj en casa de sus abuelos en El Cairo. Tomaba el tren desde Tel Aviv y llegaba a la capital de Egipto al cabo de doce horas.
Tal vez podamos encontrar un respuesta en el comentario de RaSHI.
"De haber viajado por el camino directo, hubieran regresado (a Egipto). Si cuando los llevó dando la vuelta (por el desierto) dijeron: "Pongamos jefe y regresemos a Egipto" (BeMidvar 14, 4), de haber ido por el camino directo ¡más aun (hubieran querido regresar!)" (RaSHI a Shemot 13, 17).
Se cuenta que cuando Alejandro Magno de Macedonia llegó a costas fenicias en el siglo IV a.e.c entendió rápidamente cúal sería el resultado de la batalla que iría a emprender allí. El ejército fenicio era tres veces más grande que el suyo y la guerra se presentaba como una contienda asimétrica. Sus soldados estaban entregados incluso antes de haber empezado la batalla.
Fue así que a Alejandro Magno se le ocurrió una brillante estrategia. Pidió a sus hombres que quemaran las naves con las que habían llegado a costas fenicias. Luego los reunió y les dijo: "Observad cómo se queman las naves…es justamente por ello que deberemos ganar la guerra. Sólo hay una forma de regresar a casa, y es por mar. Y cuando ganemos la guerra, volveremos de la única forma que nos queda: en los barcos de los fenicios".
Afrontar una nueva realidad siempre es complicado. A menudo la nueva realidad propone un camino del cual no hay regreso. Ése es el "camino del desierto" que eligió Di-s para sacar a los hijos de Israel de Egipto, a fin de que aquella generación comprenda que a menudo la única forma de enfrentar los desafíos es quemando las naves.