martes, 27 de octubre de 2009

Parashat Lej lejá 5770

B"H
No hay edad para el cambio.

Setenta y cinco años tenía Abraham al salir de casa de su padre. Setenta y cinco años vivió Abraham equivocado. Escuchó el llamado de Di-s y partió. ‘Y dijo el Eterno a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa paterna, a la tierra que te señalaré’.

¿Qué sabemos de los setenta y cinco primeros años de Abraham?

Poco y nada. El Midrash nos cuenta que era comerciante. Teraj, su papá, moldeaba ídolos para cultos paganos. En una ocasión salió su papá, y dejó a Abraham a cargo del negocio. Abraham tomó un palo y destrozó todas la estatuas de su padre. Todas, menos una; y en sus manos puso el palo.

Su padre regresó, y al ver el desastre en su comercio, preguntó horrorizado a su hijo: ‘¿Quién hizo ésto?’.

"¡No sabes lo que pasó cuando saliste!", dijo Abraham. "Las estatuas comenzaron a pelearse. Todas querían comer primero de las ofrendas. Una decía ‘¡Primera, yo!’ otra ‘¡No, primero yo!’. La más grande de todas, tomó un palo en la mano y destrozó a todas sus compañeras".

"¿Crees que soy tonto?", dijo Teraj a su hijo. "¿Cómo voy a creer éso?".

"No escuchen tus oídos lo que está diciendo tu boca", dijo Abraham (Bereshit Rabá 38, 13).

Abraham comprende que setenta y cinco años son muchos, pero que eso no lo inhibe para actuar.
De hecho, los grandes sucesos de la vida de Abraham ocurrieron después de los setenta y cinco años. A los setenta y cinco años se va de su casa y se establece en la Tierra de Israel. A los ochenta y seis años, nace su primer hijo (Ishmael). A los noventa y nueve años, cambia su nombre, y abraza la fe judía practicándose el brit milá. Y a los cien años, nace su hijo Itzjak.

¿Qué hizo Abraham antes de los setenta y cinco? Sabemos poco. Lo que sí sabemos es que la vida -la auténtica y provechosa vida de Abraham- comenzó allí, en ese punto en el que mucha gente dice ‘Ya no tengo más fuerzas’.

En ese punto, Di-s llama a Abraham y le dice: ‘Si creías no tener más fuerzas, Yo te llamo, te confío la formación de un pueblo de quien serás su padre, y te demostraré que tenes muchas más fuerzas de las que creías tener. Mañana a la mañana no te vas a levantar para ir al negocio de tu papá a vender ídolos de barro en los que no crees...Lej, Lejá...¡Vete de aquí!. Junta fuerzas y sal de tu vida en busca de un nuevo rumbo. Yo estoy contigo’.

Leí en una oportunidad, acerca de los premios Nobel y de su orígenes. Alfred Nobel, un químico sueco, amasó fortunas fabricando explosivos y vendiendo la fórmula a diferentes gobiernos para fabricar armamentos.

Ya de grande, el hermano de Nobel murió, y por un error periodístico se público la necrólogica de Alfred, que por la mañana tomó el diario y se enteró que...¡había muerto! Sin embargo, tuvo una oportunidad única; logró leer aquello por lo que sería recordado a la hora de su muerte.

Fue tal su costernación al ver que pasaría a la historia y sería recordado por ser un mercader de la muerte, que tomó toda su fortuna y la usó para crear la fundación que premia los mayores logros en diversos campos útiles para la humanidad.

Y en realidad, es por eso –por los premios- y no por los explosivos que se lo recuerda al día de hoy. Fue en los últimos años de su vida, que Nobel le imprimió un nuevo rumbo a la existencia.

No seamos ingenuos. Hay ciertas veces en la vida que es difícil volver a empezar. La edad nos limita para ciertas cosas, a todos, niños, jóvenes y ancianos. Uno va creciendo y ciertas cosas ya son difíciles de cambiar. Para convivir con ello, también es necesario ser fuerte.

Quiera Di-s darnos la fuerza para cambiar lo modificable, y para aprender a convivir con aquello que no lo es.

Rabino Gustavo Surazski. Comunidad "Netzaj Israel", Ashkelon.

miércoles, 21 de octubre de 2009

Parashat Noaj 5770

B"H
Pensando en el Vino

Al leer los primeros versículos de Parashat Noaj, llama poderosamente la atención que tratándose Noaj de un hombre probo e íntegro no haya sido desigando como padre del pueblo de Israel.

"Noaj, hombre justo e íntegro era en sus generaciones", nos dice la Torá al inicio de la Parashá (Bereshit 6, 9) ¿Acaso se necesita más que eso?

Los comentaristas se han encargado de responder a este interrogante sugiriendo que Noaj encaró el diluvio con una gran cuota de egoísmo. Se cuenta en el Zohar que al salir Noaj del arca y ver al mundo en ruinas comenzó a llorar y a implorar a Di-s:

¡Soberano del mundo! ¿Acaso no eres llamado piadoso? ¡Tendrías que haberte apiadado de tus criaturas!

Le dijo el Santo Bendito: ¿¡Ahora me lo dices!? ¡Por qué no lo hiciste cuando avertí que traería el diluvio!? Seguramente, al saberte a salvo en el arca no se te ocurrió pensar en el funesto destino del mundo... (Midrash HaNeelam, Noaj).

Sin embargo deseo hoy proponer otra respuesta para este interrogante, que está relacionada con la actitud de Naoj al finalizar el diluvio.

Al salir Noaj del arca, nos cuenta la Parashá: "Y empezó Noaj, (ser) hombre de la tierra (labrador), y a plantar una viña. Y bebió del vino y emborrachóse" (9:20-21)

Los sabios de Israel interpretan que la palabra "VaIajel" no proviene del verbo "LeHatjil" (Empezar) sino de la palabra Jol (Ordinario). De esta manera sugieren que Noaj se transformó en un ser ordinario al decidir comenzar esta nueva etapa de su vida plantando una viña. Podría haber plantado un higuera o un olivo y sin embargo comenzó plantando algo que terminó siendo su perdición y lo ubicó (a él y a sus tres hijos) frente a un complejo cuadro familiar de impredecibles consecuencias (véase Bereshit 9, 20-27).

¿Qué haríamos nosotros en su lugar? Si ante nuestros ojos viéramos al mundo en ruinas y debiéramos comenzar de cero...¿por dónde empezaríamos?

Algunos comenzarían construyendo una casa, otros tal vez una escuela... ¿En qué pensó Noaj? ¡En el vino!

Vemos que ese orden de prioridades dista de coincidir con la escala de valores de nuestros patriarcas.

¿En qué pensaban ellos?En encontrar -por ejemplo- una pareja adecuada para sus hijos, no sea que vayan a tomar mujer de entre las hijas de Cnaan (ver Bereshit 24,3; Bereshit 28, 8 donde se habla acerca de Abraham y de Itzjak).

Otro ejemplo interesante tiene que ver con el tercero de nuestros patriarcas. Cuando Iaakov descendió con sus hijos a la tierra de Egipto -inaugurando una nueva etapa en la vida de su familia- se nos cuenta que envió a Iehudá adelante de todos ellos (Bereshit 46, 28).

RaSHI nos enseña que Iehudá fue enviado en primer término a fin de establecer un Beit Talmud (una escuela) para los recién llegados (véase RaSHi a Bereshit 46, 28).

Abraam e Itzjak pensaban en la continuidad. Iaakov pensaba en la educación de sus hijos. ¿En qué pensaba Noaj? En los placeres de la bebida.

Un amigo me contó hace un tiempo que visitó la ciudad de Las Vegas en el Estado de Nevada de EEUU y se alojó en un hotel de la zona. Como es sabido, Las Vegas es la capital mundial del juego. Sin embargo, su visita a la ciudad nada tenía que ver con el mundo de la apuestas.

Mi amigo, que había llegado al lugar en viaje de negocios, regresó a su habitación después de una larga jornada de trabajo y quiso abrir la ventana para tomar un poco de aire fresco. Empujó la ventana con fuerza y notó que ésta estaba trabada a punto tal que resultaba imposible abrirla. Llamó entonces a la recepción del hotel y allí se le dijo que en la ciudad de Las Vegas las ventanas de los hoteles permanecen bloquedas por ley. La razón de semejante regla está relacionada -desde ya- con las apuestas. Se le dijo que mucha gente, al haber perdido grandes cantidades de dinero, puede verse tentada a saltar por la ventana al regresar a su habitación.

Resulta insólito pensar que alguien puede poner su dinero en un orden de prioridad superior al de su propia vida. ¿Acaso la gente no sabe que esto es un absurdo? ¿Es realmente necesario que un municipio o un hotel establezca una política tal a fin de salvar la vida de sus clientes?

Algo similar ocurre con las multas a los conductores ebrios. Todos saben que el conducir ebrio resulta peligroso. Y aun así el Estado amenaza a los conductores con fuertes multas en caso de ser atrapados en estado de ebriedad. ¿Por qué? ¿Acaso en peligro a perder la vida no representa suficiente escarmiento? Evidentemente no. Muchos son los que a la hora de subirse al volante piensan más en el "alcohol" que en la "vida".

La elección de un orden de prioridades correcto resulta uno de los más grandes desafíos que enfrenta todo hombre y mujer en su paso por este mundo. Y es la clave para el desarrollo de la vida de hombres, sociedades y naciones.

Desde un punto de vista racional, la ecuación siempre resultará sencilla. Pero a la hora de la verdad, la abrumadora absoluta del genero humano suele encarar la vida pensando en "tiempo presente" en lugar de hacerlo en "tiempo futuro".

Noaj estableció un orden de prioridades errado. Pensó en el vino y olvidó como repercutiría esto en sus hijos, convirtiendo a lo secundario en principal y a lo principal en secundario. Nadie puede ser el padre de una nación de valores eternos en base a semejante orden de prioridades.

Rabino Gustavo Surazski. Comunidad "Netzaj Israel", Ashkelon.

Despedida Judith Hammershlag


martes, 13 de octubre de 2009

Nuevo curso dictado por el Rabino Mauricio Balter

El dia Martes 10 de Noviembre comienza en nuestra Kehila el curso : "En el camino de la vida", del nacimiento hasta el fin de nuestros dias, aspectos filosoficos, psicologicos y tradicionales de las diferentes etapas de la vida .
El mismo sera dictado por el Rabino Mauricio Balter a las 20:00 hs en la Kehila, Dafna 49, Kiriat Bialik.
El costo del mismo: 10 sh (socios de la kehila) 15 sh (no socios) por clase.

Inscripcion previa telefonica al 8722921 o via email kehila5@bezeqint.net

Parashat Bereshit 5770

B"H

Bajos instintos
Mi padre suele decir que todos los conflictos existentes en nuestro mundo comenzaron aquel día en el que un hombre se levantó por la mañana y dijo: "¡Ésto es mío!".

Esta aseveración no es una declaración comunista en contra de la propiedad privada, sino –mas bien- una referencia a uno de los instintos fundamentales inherentes a la raza humana. Un niño alcanza este conocimiento en una edad cercana al año y medio, cuando es capaz de defender sus juguetes y su "propiedad privada" con sudor y -sobre todo- con muchas lágrimas.

En la Torá, este fenómeno ve la luz en el contexto de la fascinante historia de Caín y Abel. Este relato, ubicado en el cuarto capítulo de Sefer Bereshit, adolece de detalles fundamentales que dificultan su entera comprensión. Allí no se nos cuenta lo ocurrido entre Caín y Abel en los instantes previos al crimen, ni tampoco la motivación que tuvo Caín a la hora de asesinar a su hermano. Tampoco se nos explica la forma en la que los hermanos comprendieron que sólo la ofrenda de Abel había sido grata a los ojos de Di-s.

Entre los detalles faltantes en el relato, quisiera mencionar uno muy llamativo. El asesinato propiamente dicho ocure en el versículo octavo de dicho capítulo: "Y dijo Caín a Abel, su hermano; y fue estando en el campo que levantóse Caín contra Abel su hermano, y lo mató" (Bereshit 4, 8).

Este versículo ha intrigado a los Sabios de Israel, ya que en ningún momento se explicita el contenido del diálogo entre los hermanos. El Midrash completa lo que el relato bíblico calla, y ofrece el detalle de la conversación entre Caín y Abel en los minutos previos al crimen.

¿Por qué se estaban peleando? [¿Por qué razón se inició el incidente?]. Dijeron: ‘Ven y dividámosnos el mundo’. Uno tomó las tierras y el otro tomó los bienes muebles [Y acordaron que ninguno de ellos reclamaría los bienes del otro].

Uno dijo: ‘¡La tierra sobre la que estás parado me pertenece!’. El otro dijo: ‘¡Lo que estás vistiendo, me pertenece!’.

Uno dijo: ‘¡Sácate la ropa!’. El otro dijo: ‘¡Elévate por el aire [para no pisar su tierra]!’.Por ello, ‘levantóse Caín contra Hevel su hermano, y lo mató’ (Bereshit Raba 22:7).

Los Sabios de Israel nos enseñan que el contexto del incidente está relacionado con el apego a la propiedad privada. Aquella fue la primera vez en la que un hombre se levantó y dijo implícitamente: "¡Ésto es mío!".

Esta declaración implícita abrió la puerta a un sin número de conflictos fraternales a lo largo de la historia de la humanidad. ¿Acaso ésto podría haberse evitado?

Creo que la respuesta es negativa. Este incidente, como ya he dicho, es sólo una expresión de uno de los más básicos instintos inherentes al ser humano. Y este instinto no podrá jamás ser neutralizado en su totalidad. De no haber ocurrido con Caín y Abel, hubiera ocurrido tiempo después (posiblemente, no mucho tiempo después) y en el seno de alguna otra familia.

Pero aun cuando la Torá no pretende neutralizar este instinto, nos enseña a convivir con él de manera armónica.

Nuestros sabios en Pirkei Avot (5, 13) nos enseñan que existen cuatro categorías entre los hombres. El que dice lo mío es mío, y lo tuyo es tuyo, es el hombre de caracter mediocre (algunos creen que este fue el defecto de los habitantes de Sedom). El que dice: lo mío es tuyo y lo tuyo es mío, es el ignorante. El que dice: lo mío es tuyo y lo tuyo es tuyo, es el piadoso. Finalmente, el que dice lo tuyo es mío y lo mío es mío, es el malvado.

La primera categoría es descrita como propia de los hombres mediocres. A primera vista, pareciera ser ésta una declaración políticamente correcta. Yo me ocupo de lo mío, tú te ocupas de lo tuyo. Ni lo mío es de tu incumbencia, ni lo tuyo es de la mía. En apariencia, quien diga ésto, no está pecando ni de envidia ni de codicia. Sin embargo –tal como dijera alguna vez el Rab. Abraham Twerski- sería impropio creer que este rezonamiento es legítimo, por no codiciar el hombre los bienes de su prójimo (lo tuyo es tuyo). Por el contrario: su falta de estímulo por pensar en el prójimo (lo mío es mío), puede terminar destruyendo su alma, erosionando también seriamente el tejido social.

Es por ello que la Mishná agrega que éste fue el defecto de los habitantes de Sedom (y muy posiblemente, también haya sido el defecto del propio Caín quien acuñaría una frase que se trasnformaría con las generaciones en el lema de la indiferencia social: "¿Acaso soy yo el guardián de mi hermano?").

La segunda categoría (lo mío es tuyo y lo tuyo es mío), es la de los hombres ignorantes. Ésta es la categoría de los necios que creen poder neutralizar este instinto humano con frases rimbombantes y ostentosas. Para quienes pertenecen a esta segunda categoría la propiedad privada no existe. Todo pertenece a todos (lo mio es tuyo, y lo tuyo es mío) y posiblemente –al final- nada pertenezca a nadie. Un niño de un año y medio, ya sabe que este razonamiento es impracticable.

En cuanto a la cuarta categoría, no es necesario abundar en palabras. La persona que dice "lo tuyo es mío y lo mío es mío" bien merecido tiene el mote de malvado. Sólo una persona con corazón de piedra, puede manifestar semejante desprecio por los bienes ajenos.

De acuerdo a Pikei Avot, la persona piadosa es aquella que pertenece a la tercera categoría (lo mío es tuyo y lo tuyo es tuyo).

JaZaL no quieren enseñarnos con ésto que el hombre debe entregar todo su patrimonio a los demás. Lo que nos enseñan es que aquel que lleva adelante una vida de entrega se elevará por encima de aquel instinto. Es cierto que un niño de un año y medio ya sabe delimitar su territorio y comprende cuál es su propiedad privada. Pero no menos cierto, es que ese mismo niño sabe sonreír cuando decide dar de lo suyo a los demás.

JaZaL nos enseñan que –aun cuando el instinto nos empuje hacia otra dirección- bien vale conservar siempre esta virtud de entrega. Quien lo logre será fuente de luz y habrá de desparramarla por el mundo.

Rabino Gustavo Surazski. Comunidad "Netzaj Israel", Ashkelon.

Invitacion Escritura Sefer Tora

















La Kehila Hamasoratit Hakrayot te invita a la ceremonia de comienzo de escritura de un nuevo Sefer Tora, donado por el Sr. Arie Shzwarberg en recuerdo de su familia que murio durante el holocauto, y de su querida esposa Dora ז"ל.

El proximo Jueves 15 de Octubre a las 19:30 hs. durante el acto de Celebracion Central, se dara inicio a la escritura de este nuevo libro de vida, como aporte para las generaciones futuras de nuestra comunidad.

Teresa Parodi en Kiriat Bialik