“En los largos años que ocupó el exilio en la historia, Tishá Beav se transformó en una fecha en la que los iehudim conmemoraron, no sólo la destrucción de los dos templos en el lejano pasado, sino que agregaron a ese significado, la realidad de un presente de continuos períodos de vida como pueblo exiliado de su tierra, disperso entre otros pueblos, esclavo de ellos, y falto de elementos de independencia y libertad”
Yeshaiahu Leibowitz, Conversaciones sobre las festividades y conmemoraciones de Israel, 1999.
El término Metzarim (límites) refuerza la idea de un espacio de tiempo en el cual encontramos la oportunidad para detenernos, para permitirnos estar tristes, para recordar los sucesos trágicos por los que pasó nuestro pueblo, pero también para explorar lo que hay de vigente en aquellos relatos milenarios...
A continuación presentamos una selección de fragmentos de varios autores que aportan pensamientos acerca de los “usos” de la memoria colectiva, la relación entre pasado, presente y futuro:
MEMORIA Y PRESENTE
“Sólo por la energía para utilizar lo pasado para la vida, para hacer de lo ya ocurrido de nuevo historia llega el hombre a ser hombre”
Friedrich Nietzche, Sobre utilidad y perjuicio de la historia para la vida, 1998.
“La memoria, donde crece la historia, que a su vez la alimenta, intenta preservar el pasado sólo para que le sea útil al presente y a los tiempos venideros. Procuremos trabajar de forma que la memoria colectiva sirva para la liberación de los hombres y no para su sometimiento.”
Jacques Le Goff, Histoire e mémoria, 1990
“Cada grupo, cada pueblo tiene su alakhah, pues la alakhah no es la ley, nomos. La palabra hebrea que significa ‘marchar’, alakakhah es por lo tanto el camino por el que se marcha, ese conjunto de ritos y creencias que da a un pueblo el sentido de su identidad y de su destino. Del pasado sólo se transmiten los episodios que se juzgan ejemplares o edificantes para la alakhah de un pueblo tal como se la vive en el presente.”
Yosef Hayim Yerushalmi, Reflexiones sobre el olvido, 1989.
OLVIDO
“Destruir las huellas, las inscripciones culturales de un grupo humano, sus cimientos terrestres, es parte integrante de lo que anima todo proyecto genocida, que consiste en destruir no sólo a los vivos sino, con ellos, su pasado, para que, faltos de apoyo terrestre, no puedan encontrar lugar, ni en la palabra ni en la memoria colectiva”
Héléne Piralian, Genocidio y transmisión, 1994.
“El olvido colectivo es una noción tan problemática como la memoria colectiva. Los pueblos y grupos sólo pueden olvidar el presente, no el pasado. Los individuos que componen el grupo pueden olvidar acontecimientos que se produjeron durante su propia existencia, no podrían olvidar un pasado que ha sido anterior a ellos, en el sentido en que el individuo olvida los primeros estadios de su propia vida. Por eso, cuando decimos que un pueblo recuerda, en realidad decimos primero que un pasado fue activamente transmitido a las generaciones contemporáneas a través de los canales y receptáculos de la memoria y que después ese pasado transmitido se recibió cargado de un sentido propio”
“Lo que llamamos olvido en el sentido colectivo aparece cuando en ciertos grupos humanos no logran, voluntaria o pasivamente, por rechazo, indiferencia o indolencia, o bien por causa de alguna catástrofe histórica que interrumpió el curso de los días y las cosas - transmitir a la posteridad lo que aprendieron del pasado.”
“Podemos definir a la memoria colectiva como un movimiento dual de recepción y transmisión, que continúa alternativamente hacia el futuro.”
Yosef Hayim Yerushalmi, Reflexiones sobre el olvido, 1989.
MEMORIA Y TRANSMISIÓN
“Los lugares de la memoria son huellas. Los lugares de la memoria nacen y viven del sentimiento de que no hay memoria espontánea, que hay que crear archivos, que hay que mantener los aniversarios, organizar las celebraciones, pronunciar elogios fúnebres, levantar actas, porque estas operaciones no son naturales. Sin vigilancia conmemorativa la historia los barrería rápidamente.”
Pierre Nora, Les Lieux de Memorié, 1984.
“Para poder transmitir sentidos del pasado hay al menos dos requisitos: el primero que existan las bases para un proceso de identificación, para una ampliación intergeneracional del ‘nosotros’. El segundo, dejar abierta la posibilidad de que quienes ‘reciben’ le den su propio sentido, reinterpreten, resignifiquen, y no que repitan o memoricen. Porque la ‘misma’ historia, la ‘misma’ verdad, cobra sentidos diversos en contextos diferentes. Y la sucesión de cohorte o generaciones, implica irremediablemente, la creación de nuevos contextos.”
Elizabeth Jelin, Los trabajos de la memoria, 2002.
“La memoria, memoria social, sólo tiene validez si hay sujetos que actúan de acuerdo a lo que esa memoria elabora, muestra. Es decir, de acuerdo a cómo han sido separados del olvido algunos elementos que se rescatan para que queden en la memoria colectiva y sirvan para la acción de cada uno.”
Héctor Schmucler, Una ética de la memoria, 2000.
Colaboracion Graciela Feider
jueves, 23 de julio de 2009
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