Queridos amigos, nos alegramos en comunicarles que las tres nuevas familias ya se mudaron a su nuevo hogar en Kiriat Bialik.
Ellas necesitan:
-Heladera
-Camas
-Colchones
-Horno
-Lavarropa
Si alguien tiene una de esas cosas y no lo necesitan más, por favor contactarse con la oficina de la Kehila: 8722921.
Gracias.
miércoles, 29 de julio de 2009
Leyes del 9 de Av
El ayuno de Tishá BeAv comienza, al igual que el ayuno de Yom Kipur, desde la puesta del sol de la víspera, y no desde el amanecer como los demás ayunos.
Para indicar el comienzo del ayuno, nos obligaron nuestros Sabios a realizar la ´´Seudat Mafséket´´ (comida de separación o interrupción) antes de la puesta del sol. Esta comida debe ser una comida pobre y de luto, por lo que prohibieron comer carne o beber vino durante ella, permitiendo sólo un plato principal y frutos.
Hay quienes acostumbran a comer lentejas o huevos hervidos, sentados en el suelo en señal de luto, y sin participar tres o más varones juntos para que de esta manera no estén obligados a recitar el ´´Zimún´´ (invitación protocolar para la bendición de la comida).
Seudat Mafséket se considera solamente la última comida después del mediodía. Si coincide la víspera del 9 de Av en Shabbat, no se cumplen con estas medidas sino que se puede comer aún en la Seudat Shelishit (tercera comida del Shabat), lo que se desee.
Estas son las prohibiciones que fijaron nuestros Sabios para Tishá BeAv en señal de luto y arrepentimiento:
La comida, la bebida, el lavado, el ungüento, el calzado de cuero, la vida matrimonial, y el estudio de la Torá (a excepción de la Meguilat Ejá, el Libro de Yob, y las Profecías de desgracias recordadas en la Torá, con sus explicaciones respectivas.
A diferencia de los demás ayunos, las mujeres embarazadas o las que amamantan deben ayunar. Sin embargo, dentro del primer mes después del parto o cualquier enfermo al que pueda afectarle el ayuno, no deberán ayunar, pues los Sabios no obligaron al ayuno en caso de peligro físico.
La prohibición del lavado, tanto con agua caliente como fría, rige solamente cuando se realiza por placer, pero por necesidad (como el que sale del baño), o por suciedad, o al despertarse, está permitido. En el caso de los lavados de manos obligatorios, solamente se debe arrojar agua hasta los nudillos de los dedos.
Un ungüento prescripto por el médico está permitido, a diferencia de las cremas de manos, cosméticos, etc.
Nuestros Sabios sólo prohibieron el uso del calzado de cuero, pero los zapatos totalmente de tela, goma o plástico están permitidos. En caso de necesidad o en lugares de peligro por escorpiones o serpientes, está permitido el uso de botas, aún si éstas están confeccionadas con cuero.
No se saluda al amigo, en señal de luto, y tampoco se debe pasear para no olvidar el significado del día. Debemos, en otras palabras, disminuir los placeres en esta jornada.
Aunque la prohibición del trabajo, o de realizar negocios, depende de la costumbre del lugar, todo el que trabaje en Tishá BeAv no verá bendición de su trabajo.
Se acostumbra a no usar Tefilín ni el Talit Gadol hasta después del mediodía, para colocárselos durante la tefilá de Minjá, y hay quienes acostumbran a dormir en el suelo en señal de luto.
Si Tishá BeAv coincide con el domingo, no se deben cambiar los zapatos hasta después del ´Barejú´´ que dicen en la sinagoga en la salida del Sábado (por eso se debe procurar llevar los zapatos de tela en la víspera, pues no se debe demostrar luto en Shabat).
En el momento de la Havdalá, cuando se vea una vela encendida, se bendice ´´Boré Meoré Ha Esh´´, pero no se recita Birkat Havdalá, ni la bendición por los aromas (´´Besamim´´), sino que el domingo en la noche, después del ayuno, se la Havdalá, incluyendo solamente ´´Boré Perí HaGuefen´´ y ´´HaMavdil´´.
Fuente: Mesilot HaTorá
Para indicar el comienzo del ayuno, nos obligaron nuestros Sabios a realizar la ´´Seudat Mafséket´´ (comida de separación o interrupción) antes de la puesta del sol. Esta comida debe ser una comida pobre y de luto, por lo que prohibieron comer carne o beber vino durante ella, permitiendo sólo un plato principal y frutos.
Hay quienes acostumbran a comer lentejas o huevos hervidos, sentados en el suelo en señal de luto, y sin participar tres o más varones juntos para que de esta manera no estén obligados a recitar el ´´Zimún´´ (invitación protocolar para la bendición de la comida).
Seudat Mafséket se considera solamente la última comida después del mediodía. Si coincide la víspera del 9 de Av en Shabbat, no se cumplen con estas medidas sino que se puede comer aún en la Seudat Shelishit (tercera comida del Shabat), lo que se desee.
Estas son las prohibiciones que fijaron nuestros Sabios para Tishá BeAv en señal de luto y arrepentimiento:
La comida, la bebida, el lavado, el ungüento, el calzado de cuero, la vida matrimonial, y el estudio de la Torá (a excepción de la Meguilat Ejá, el Libro de Yob, y las Profecías de desgracias recordadas en la Torá, con sus explicaciones respectivas.
A diferencia de los demás ayunos, las mujeres embarazadas o las que amamantan deben ayunar. Sin embargo, dentro del primer mes después del parto o cualquier enfermo al que pueda afectarle el ayuno, no deberán ayunar, pues los Sabios no obligaron al ayuno en caso de peligro físico.
La prohibición del lavado, tanto con agua caliente como fría, rige solamente cuando se realiza por placer, pero por necesidad (como el que sale del baño), o por suciedad, o al despertarse, está permitido. En el caso de los lavados de manos obligatorios, solamente se debe arrojar agua hasta los nudillos de los dedos.
Un ungüento prescripto por el médico está permitido, a diferencia de las cremas de manos, cosméticos, etc.
Nuestros Sabios sólo prohibieron el uso del calzado de cuero, pero los zapatos totalmente de tela, goma o plástico están permitidos. En caso de necesidad o en lugares de peligro por escorpiones o serpientes, está permitido el uso de botas, aún si éstas están confeccionadas con cuero.
No se saluda al amigo, en señal de luto, y tampoco se debe pasear para no olvidar el significado del día. Debemos, en otras palabras, disminuir los placeres en esta jornada.
Aunque la prohibición del trabajo, o de realizar negocios, depende de la costumbre del lugar, todo el que trabaje en Tishá BeAv no verá bendición de su trabajo.
Se acostumbra a no usar Tefilín ni el Talit Gadol hasta después del mediodía, para colocárselos durante la tefilá de Minjá, y hay quienes acostumbran a dormir en el suelo en señal de luto.
Si Tishá BeAv coincide con el domingo, no se deben cambiar los zapatos hasta después del ´Barejú´´ que dicen en la sinagoga en la salida del Sábado (por eso se debe procurar llevar los zapatos de tela en la víspera, pues no se debe demostrar luto en Shabat).
En el momento de la Havdalá, cuando se vea una vela encendida, se bendice ´´Boré Meoré Ha Esh´´, pero no se recita Birkat Havdalá, ni la bendición por los aromas (´´Besamim´´), sino que el domingo en la noche, después del ayuno, se la Havdalá, incluyendo solamente ´´Boré Perí HaGuefen´´ y ´´HaMavdil´´.
Fuente: Mesilot HaTorá
Parashat VaEtjanán 5769
B"H
Equilibrio auditivo.
La Parashá de esta semana contiene uno de los pilares fundamentales de la fe judía: el Shemá Israel (Oye Israel). Es por ello que hoy deseo referirme a la centralidad del sentido de la audición en la religión judía.
Los judíos tenemos nuestra vida colmada de recordatorios visuales y auditivos. Estre los visuales, podemos citar –entre otros- a los tefilin, a la mezuzá, a los tzitzit, a las velas de Januká. Entre los auditivos, tal vez como ejemplo destacado, podemos mencionar al shofar. Estos recordatorios cumplen la misma función que cumple una brújula en alta mar. Son aquellos que nos marcan el camino y nos recuerdan quiénes somos y hacia dónde vamos.
Sin embargo los judíos siempre confiamos más en nuestro oído que en nuestros ojos. Se escucha para transmitir, y cuando el oído falla, el pueblo judío camina por la cornisa.
Un ejemplo muy gráfico aparece en el libro de BeMidvar. Allí se nos cuenta acerca de las señales de las que disponían los hijos de Israel durante su marcha por el desierto. Una nube les marcaba el sitio en el cual debían acampar y dos trompetas de plata labradas ayudaban a convocar a la comunidad a la hora de partir. (ver BeMidvar 9:22-10:2)
El Rabino W. Gunther Plaut comenta este pasaje bíblico: La nube era un recordatorio visual mientras que las trompetas eran un recordatorio auditivo de la presencia de Di-s. De algún modo, el instinto judío nunca confió en el testimonio de sus ojos. Moshé ejecutó señales, y éstas pudieron ser copiadas; sus palabras no. En el Sinaí, el énfasis no estaba tanto en lo que el pueblo veía como en lo que el pueblo escuchaba. La verdadera llave para entrar al mundo del judaísmo no es Ree (Mira) sino Shemá (Oye). La nube se fue, pero el sonido del Shofar queda.
En cierto modo, parece decir el Rabino, si el pueblo judío pierde la capacidad de escuchar se queda sordo… ¡pero también se queda ciego! Allí se pierde la brújula.
No por casualidad, el centro del equilibrio humano está cerca de los oídos. Y el idioma hebreo, con su habitual sabiduría, también nos enseña al respecto: La palabra ‘Equilibrio’ se dice en hebreo ‘Izun’, palabra que contiene la misma raíz lingüística que la palabra ‘Ozen’ (Oreja).
El equilibrio y el futuro del pueblo de Israel residen en mantener la milenaria capacidad de ejercitar el Shemá, para escuchar, transmitir y enseñar a aquel eslabón que viene detrás nuestro.
Rabino Gustavo Surazski. Comunidad "Netzaj Israel", Ashkelon.
Equilibrio auditivo.
La Parashá de esta semana contiene uno de los pilares fundamentales de la fe judía: el Shemá Israel (Oye Israel). Es por ello que hoy deseo referirme a la centralidad del sentido de la audición en la religión judía.
Los judíos tenemos nuestra vida colmada de recordatorios visuales y auditivos. Estre los visuales, podemos citar –entre otros- a los tefilin, a la mezuzá, a los tzitzit, a las velas de Januká. Entre los auditivos, tal vez como ejemplo destacado, podemos mencionar al shofar. Estos recordatorios cumplen la misma función que cumple una brújula en alta mar. Son aquellos que nos marcan el camino y nos recuerdan quiénes somos y hacia dónde vamos.
Sin embargo los judíos siempre confiamos más en nuestro oído que en nuestros ojos. Se escucha para transmitir, y cuando el oído falla, el pueblo judío camina por la cornisa.
Un ejemplo muy gráfico aparece en el libro de BeMidvar. Allí se nos cuenta acerca de las señales de las que disponían los hijos de Israel durante su marcha por el desierto. Una nube les marcaba el sitio en el cual debían acampar y dos trompetas de plata labradas ayudaban a convocar a la comunidad a la hora de partir. (ver BeMidvar 9:22-10:2)
El Rabino W. Gunther Plaut comenta este pasaje bíblico: La nube era un recordatorio visual mientras que las trompetas eran un recordatorio auditivo de la presencia de Di-s. De algún modo, el instinto judío nunca confió en el testimonio de sus ojos. Moshé ejecutó señales, y éstas pudieron ser copiadas; sus palabras no. En el Sinaí, el énfasis no estaba tanto en lo que el pueblo veía como en lo que el pueblo escuchaba. La verdadera llave para entrar al mundo del judaísmo no es Ree (Mira) sino Shemá (Oye). La nube se fue, pero el sonido del Shofar queda.
En cierto modo, parece decir el Rabino, si el pueblo judío pierde la capacidad de escuchar se queda sordo… ¡pero también se queda ciego! Allí se pierde la brújula.
No por casualidad, el centro del equilibrio humano está cerca de los oídos. Y el idioma hebreo, con su habitual sabiduría, también nos enseña al respecto: La palabra ‘Equilibrio’ se dice en hebreo ‘Izun’, palabra que contiene la misma raíz lingüística que la palabra ‘Ozen’ (Oreja).
El equilibrio y el futuro del pueblo de Israel residen en mantener la milenaria capacidad de ejercitar el Shemá, para escuchar, transmitir y enseñar a aquel eslabón que viene detrás nuestro.
Rabino Gustavo Surazski. Comunidad "Netzaj Israel", Ashkelon.
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Parashat Hashavua
jueves, 23 de julio de 2009
La Memoria
“En los largos años que ocupó el exilio en la historia, Tishá Beav se transformó en una fecha en la que los iehudim conmemoraron, no sólo la destrucción de los dos templos en el lejano pasado, sino que agregaron a ese significado, la realidad de un presente de continuos períodos de vida como pueblo exiliado de su tierra, disperso entre otros pueblos, esclavo de ellos, y falto de elementos de independencia y libertad”
Yeshaiahu Leibowitz, Conversaciones sobre las festividades y conmemoraciones de Israel, 1999.
El término Metzarim (límites) refuerza la idea de un espacio de tiempo en el cual encontramos la oportunidad para detenernos, para permitirnos estar tristes, para recordar los sucesos trágicos por los que pasó nuestro pueblo, pero también para explorar lo que hay de vigente en aquellos relatos milenarios...
A continuación presentamos una selección de fragmentos de varios autores que aportan pensamientos acerca de los “usos” de la memoria colectiva, la relación entre pasado, presente y futuro:
MEMORIA Y PRESENTE
“Sólo por la energía para utilizar lo pasado para la vida, para hacer de lo ya ocurrido de nuevo historia llega el hombre a ser hombre”
Friedrich Nietzche, Sobre utilidad y perjuicio de la historia para la vida, 1998.
“La memoria, donde crece la historia, que a su vez la alimenta, intenta preservar el pasado sólo para que le sea útil al presente y a los tiempos venideros. Procuremos trabajar de forma que la memoria colectiva sirva para la liberación de los hombres y no para su sometimiento.”
Jacques Le Goff, Histoire e mémoria, 1990
“Cada grupo, cada pueblo tiene su alakhah, pues la alakhah no es la ley, nomos. La palabra hebrea que significa ‘marchar’, alakakhah es por lo tanto el camino por el que se marcha, ese conjunto de ritos y creencias que da a un pueblo el sentido de su identidad y de su destino. Del pasado sólo se transmiten los episodios que se juzgan ejemplares o edificantes para la alakhah de un pueblo tal como se la vive en el presente.”
Yosef Hayim Yerushalmi, Reflexiones sobre el olvido, 1989.
OLVIDO
“Destruir las huellas, las inscripciones culturales de un grupo humano, sus cimientos terrestres, es parte integrante de lo que anima todo proyecto genocida, que consiste en destruir no sólo a los vivos sino, con ellos, su pasado, para que, faltos de apoyo terrestre, no puedan encontrar lugar, ni en la palabra ni en la memoria colectiva”
Héléne Piralian, Genocidio y transmisión, 1994.
“El olvido colectivo es una noción tan problemática como la memoria colectiva. Los pueblos y grupos sólo pueden olvidar el presente, no el pasado. Los individuos que componen el grupo pueden olvidar acontecimientos que se produjeron durante su propia existencia, no podrían olvidar un pasado que ha sido anterior a ellos, en el sentido en que el individuo olvida los primeros estadios de su propia vida. Por eso, cuando decimos que un pueblo recuerda, en realidad decimos primero que un pasado fue activamente transmitido a las generaciones contemporáneas a través de los canales y receptáculos de la memoria y que después ese pasado transmitido se recibió cargado de un sentido propio”
“Lo que llamamos olvido en el sentido colectivo aparece cuando en ciertos grupos humanos no logran, voluntaria o pasivamente, por rechazo, indiferencia o indolencia, o bien por causa de alguna catástrofe histórica que interrumpió el curso de los días y las cosas - transmitir a la posteridad lo que aprendieron del pasado.”
“Podemos definir a la memoria colectiva como un movimiento dual de recepción y transmisión, que continúa alternativamente hacia el futuro.”
Yosef Hayim Yerushalmi, Reflexiones sobre el olvido, 1989.
MEMORIA Y TRANSMISIÓN
“Los lugares de la memoria son huellas. Los lugares de la memoria nacen y viven del sentimiento de que no hay memoria espontánea, que hay que crear archivos, que hay que mantener los aniversarios, organizar las celebraciones, pronunciar elogios fúnebres, levantar actas, porque estas operaciones no son naturales. Sin vigilancia conmemorativa la historia los barrería rápidamente.”
Pierre Nora, Les Lieux de Memorié, 1984.
“Para poder transmitir sentidos del pasado hay al menos dos requisitos: el primero que existan las bases para un proceso de identificación, para una ampliación intergeneracional del ‘nosotros’. El segundo, dejar abierta la posibilidad de que quienes ‘reciben’ le den su propio sentido, reinterpreten, resignifiquen, y no que repitan o memoricen. Porque la ‘misma’ historia, la ‘misma’ verdad, cobra sentidos diversos en contextos diferentes. Y la sucesión de cohorte o generaciones, implica irremediablemente, la creación de nuevos contextos.”
Elizabeth Jelin, Los trabajos de la memoria, 2002.
“La memoria, memoria social, sólo tiene validez si hay sujetos que actúan de acuerdo a lo que esa memoria elabora, muestra. Es decir, de acuerdo a cómo han sido separados del olvido algunos elementos que se rescatan para que queden en la memoria colectiva y sirvan para la acción de cada uno.”
Héctor Schmucler, Una ética de la memoria, 2000.
Colaboracion Graciela Feider
Yeshaiahu Leibowitz, Conversaciones sobre las festividades y conmemoraciones de Israel, 1999.
El término Metzarim (límites) refuerza la idea de un espacio de tiempo en el cual encontramos la oportunidad para detenernos, para permitirnos estar tristes, para recordar los sucesos trágicos por los que pasó nuestro pueblo, pero también para explorar lo que hay de vigente en aquellos relatos milenarios...
A continuación presentamos una selección de fragmentos de varios autores que aportan pensamientos acerca de los “usos” de la memoria colectiva, la relación entre pasado, presente y futuro:
MEMORIA Y PRESENTE
“Sólo por la energía para utilizar lo pasado para la vida, para hacer de lo ya ocurrido de nuevo historia llega el hombre a ser hombre”
Friedrich Nietzche, Sobre utilidad y perjuicio de la historia para la vida, 1998.
“La memoria, donde crece la historia, que a su vez la alimenta, intenta preservar el pasado sólo para que le sea útil al presente y a los tiempos venideros. Procuremos trabajar de forma que la memoria colectiva sirva para la liberación de los hombres y no para su sometimiento.”
Jacques Le Goff, Histoire e mémoria, 1990
“Cada grupo, cada pueblo tiene su alakhah, pues la alakhah no es la ley, nomos. La palabra hebrea que significa ‘marchar’, alakakhah es por lo tanto el camino por el que se marcha, ese conjunto de ritos y creencias que da a un pueblo el sentido de su identidad y de su destino. Del pasado sólo se transmiten los episodios que se juzgan ejemplares o edificantes para la alakhah de un pueblo tal como se la vive en el presente.”
Yosef Hayim Yerushalmi, Reflexiones sobre el olvido, 1989.
OLVIDO
“Destruir las huellas, las inscripciones culturales de un grupo humano, sus cimientos terrestres, es parte integrante de lo que anima todo proyecto genocida, que consiste en destruir no sólo a los vivos sino, con ellos, su pasado, para que, faltos de apoyo terrestre, no puedan encontrar lugar, ni en la palabra ni en la memoria colectiva”
Héléne Piralian, Genocidio y transmisión, 1994.
“El olvido colectivo es una noción tan problemática como la memoria colectiva. Los pueblos y grupos sólo pueden olvidar el presente, no el pasado. Los individuos que componen el grupo pueden olvidar acontecimientos que se produjeron durante su propia existencia, no podrían olvidar un pasado que ha sido anterior a ellos, en el sentido en que el individuo olvida los primeros estadios de su propia vida. Por eso, cuando decimos que un pueblo recuerda, en realidad decimos primero que un pasado fue activamente transmitido a las generaciones contemporáneas a través de los canales y receptáculos de la memoria y que después ese pasado transmitido se recibió cargado de un sentido propio”
“Lo que llamamos olvido en el sentido colectivo aparece cuando en ciertos grupos humanos no logran, voluntaria o pasivamente, por rechazo, indiferencia o indolencia, o bien por causa de alguna catástrofe histórica que interrumpió el curso de los días y las cosas - transmitir a la posteridad lo que aprendieron del pasado.”
“Podemos definir a la memoria colectiva como un movimiento dual de recepción y transmisión, que continúa alternativamente hacia el futuro.”
Yosef Hayim Yerushalmi, Reflexiones sobre el olvido, 1989.
MEMORIA Y TRANSMISIÓN
“Los lugares de la memoria son huellas. Los lugares de la memoria nacen y viven del sentimiento de que no hay memoria espontánea, que hay que crear archivos, que hay que mantener los aniversarios, organizar las celebraciones, pronunciar elogios fúnebres, levantar actas, porque estas operaciones no son naturales. Sin vigilancia conmemorativa la historia los barrería rápidamente.”
Pierre Nora, Les Lieux de Memorié, 1984.
“Para poder transmitir sentidos del pasado hay al menos dos requisitos: el primero que existan las bases para un proceso de identificación, para una ampliación intergeneracional del ‘nosotros’. El segundo, dejar abierta la posibilidad de que quienes ‘reciben’ le den su propio sentido, reinterpreten, resignifiquen, y no que repitan o memoricen. Porque la ‘misma’ historia, la ‘misma’ verdad, cobra sentidos diversos en contextos diferentes. Y la sucesión de cohorte o generaciones, implica irremediablemente, la creación de nuevos contextos.”
Elizabeth Jelin, Los trabajos de la memoria, 2002.
“La memoria, memoria social, sólo tiene validez si hay sujetos que actúan de acuerdo a lo que esa memoria elabora, muestra. Es decir, de acuerdo a cómo han sido separados del olvido algunos elementos que se rescatan para que queden en la memoria colectiva y sirvan para la acción de cada uno.”
Héctor Schmucler, Una ética de la memoria, 2000.
Colaboracion Graciela Feider
Ayudar a los demás
Queridos Javerim,
Como ustedes saben, la semana pasada llegaron a las Krayot 3 familias olot jadashot, de Mexico y de Argentina.
Las mismas se encuentran aun en el mercaz klita y en los proximos dias se mudaran a sus nuevos hogares en Kiriat Bialik.
Estamos buscando gente que quiera voluntarizarse para alfabetizar en ivrit a los chicos durante el mes de agosto hasta que comiencen las clases.
Los niños tienen 7, 11, 12 y 14 años.
Quienes crean que puedan dar una mano y ayudar a estos chicos por favor comunicarse a la oficina de la Kehila, 8722921.
Muchas Gracias
Como ustedes saben, la semana pasada llegaron a las Krayot 3 familias olot jadashot, de Mexico y de Argentina.
Las mismas se encuentran aun en el mercaz klita y en los proximos dias se mudaran a sus nuevos hogares en Kiriat Bialik.
Estamos buscando gente que quiera voluntarizarse para alfabetizar en ivrit a los chicos durante el mes de agosto hasta que comiencen las clases.
Los niños tienen 7, 11, 12 y 14 años.
Quienes crean que puedan dar una mano y ayudar a estos chicos por favor comunicarse a la oficina de la Kehila, 8722921.
Muchas Gracias
Parashat Devarim 5769
B"H
Volver a empezar
Esta semana estamos comenzando con la lectura del quinto libro de la Torá leyendo Parashat Devarim.
La Parashá comienza hablando de aquellos doce hombres –los meraglim- que habían ido a espiar la Tierra Prometida. Al regresar -se nos cuenta- aquellos emisarios difamaron a la tierra y atemorizaron al pueblo sumiéndolo en la desesperanza y en el llanto.
Aquella noche, según el Talmud, era Tisha BeAv. Di-s, viendo al pueblo llorar vanamente, enfureció: condenó a los hijos de Israel a vagar durante cuarenta años en el desierto, y repudió a aquella generación decretando que no iría a ingresar a la Tierra que había prometido a Abraham, Itzjak e Iaakov.
Algunos cientos de años después, en ese mismo día, el Primer Templo de Ierushalaim era destruído, y la ciudad de Jerusalén quedó arrasada, producto -entre otras cosas- de la degeneración social del propio pueblo de Israel.
‘¡Cómo ha quedado solitaria la ciudad que estaba llena de gente!’ (Eijá 1, 1), se lamentaba por entonces el profeta Irmiahu ante tamaña destrucción.
Al abrir el rollo de Eijá, algo nos llama poderosamente la atención. Los versículos del libro van siguiendo el orden del alef bet (el abecedario hebreo), siendo éste el único libro del TaNaJ que respeta este modelo.
¿¡Cómo es posible que ante semejante catástrofe el profeta decida lamentarse prolijamente siguiendo el orden del alfabeto?
!El contraste entre la magnitud del drama, y la armonía y prolijidad del canto, transforma al cuadro en grotesco.
¿Cómo es posible que el profeta haya tenido la cabeza fresca para lamentarse en rima y según el orden del abecedario?
Tal vez lo que el profeta nos enseña, es que en situaciones de semejante crisis, no queda otra alternativa que empezar nuevamente desde cero, o sea desde el elemental alef bet (no será casual tampoco, el hecho que conmemoremos la destrucción de los Templos de Jerusalén en el mes de Av, mes compuesto por las primeras dos letras del alfabeto hebreo (la alef y la bet).
Hay un ejemplo bien cotidiano que puede describir a la perfección esta idea.
Pensemos en la batería recargable de un teléfono móvil. Para recargar la batería, siempre es preferible que está esté vacía del todo. Si se la recarga reiteradamente, cuando ésta tiene la carga hasta la mitad, la batería se termina estropeando.
Pienso hasta que punto esto es similar al mensaje del profeta Irmiahu en el libro de Eijá.
De la misma manera para optimizar el uso de la batería de un teléfono móvil es preferible que ésta quede en cero y no por la mitad, el profeta nos enseña que muchas veces es más sencillo construir de la nada, a partir de lo elemental del alef bet, que reconstruir algo que está mitad sano y mitad roto, mitad lleno y mitad vacío.
Pensemos en nuestras propias crisis personales.
¿Cuántas son las veces que cometemos un error tras otro en ciertas areas de nuestra vida? Pero seguimos tropezando, metidos dentro de un tornado del cual no podemos salir, hasta que un día decimos: ‘¡Hasta aquí llegué! Repartamos la baraja de nuevo’.
Cuando en el primer capítulo de Sefer Irmiahu Dios se le presenta al profeta, le dice:
‘He aquí que en este día te he puesto sobre las naciones y sobre los reinos, para desarraigar y arrancar, y destruir y derribar, y construir, y plantar’ (Irmiahu 1, 10).
Llama la atención el orden de los verbos. ¡Para construir, primero hubo que derribar! ¡Para plantar, primero hubo que arrancar!
Ciertas veces la única receta es volver a empezar.
Rabino Gustavo Surazski. Comunidad "Netzaj Israel", Ashkelon.
Volver a empezar
Esta semana estamos comenzando con la lectura del quinto libro de la Torá leyendo Parashat Devarim.
La Parashá comienza hablando de aquellos doce hombres –los meraglim- que habían ido a espiar la Tierra Prometida. Al regresar -se nos cuenta- aquellos emisarios difamaron a la tierra y atemorizaron al pueblo sumiéndolo en la desesperanza y en el llanto.
Aquella noche, según el Talmud, era Tisha BeAv. Di-s, viendo al pueblo llorar vanamente, enfureció: condenó a los hijos de Israel a vagar durante cuarenta años en el desierto, y repudió a aquella generación decretando que no iría a ingresar a la Tierra que había prometido a Abraham, Itzjak e Iaakov.
Algunos cientos de años después, en ese mismo día, el Primer Templo de Ierushalaim era destruído, y la ciudad de Jerusalén quedó arrasada, producto -entre otras cosas- de la degeneración social del propio pueblo de Israel.
‘¡Cómo ha quedado solitaria la ciudad que estaba llena de gente!’ (Eijá 1, 1), se lamentaba por entonces el profeta Irmiahu ante tamaña destrucción.
Al abrir el rollo de Eijá, algo nos llama poderosamente la atención. Los versículos del libro van siguiendo el orden del alef bet (el abecedario hebreo), siendo éste el único libro del TaNaJ que respeta este modelo.
¿¡Cómo es posible que ante semejante catástrofe el profeta decida lamentarse prolijamente siguiendo el orden del alfabeto?
!El contraste entre la magnitud del drama, y la armonía y prolijidad del canto, transforma al cuadro en grotesco.
¿Cómo es posible que el profeta haya tenido la cabeza fresca para lamentarse en rima y según el orden del abecedario?
Tal vez lo que el profeta nos enseña, es que en situaciones de semejante crisis, no queda otra alternativa que empezar nuevamente desde cero, o sea desde el elemental alef bet (no será casual tampoco, el hecho que conmemoremos la destrucción de los Templos de Jerusalén en el mes de Av, mes compuesto por las primeras dos letras del alfabeto hebreo (la alef y la bet).
Hay un ejemplo bien cotidiano que puede describir a la perfección esta idea.
Pensemos en la batería recargable de un teléfono móvil. Para recargar la batería, siempre es preferible que está esté vacía del todo. Si se la recarga reiteradamente, cuando ésta tiene la carga hasta la mitad, la batería se termina estropeando.
Pienso hasta que punto esto es similar al mensaje del profeta Irmiahu en el libro de Eijá.
De la misma manera para optimizar el uso de la batería de un teléfono móvil es preferible que ésta quede en cero y no por la mitad, el profeta nos enseña que muchas veces es más sencillo construir de la nada, a partir de lo elemental del alef bet, que reconstruir algo que está mitad sano y mitad roto, mitad lleno y mitad vacío.
Pensemos en nuestras propias crisis personales.
¿Cuántas son las veces que cometemos un error tras otro en ciertas areas de nuestra vida? Pero seguimos tropezando, metidos dentro de un tornado del cual no podemos salir, hasta que un día decimos: ‘¡Hasta aquí llegué! Repartamos la baraja de nuevo’.
Cuando en el primer capítulo de Sefer Irmiahu Dios se le presenta al profeta, le dice:
‘He aquí que en este día te he puesto sobre las naciones y sobre los reinos, para desarraigar y arrancar, y destruir y derribar, y construir, y plantar’ (Irmiahu 1, 10).
Llama la atención el orden de los verbos. ¡Para construir, primero hubo que derribar! ¡Para plantar, primero hubo que arrancar!
Ciertas veces la única receta es volver a empezar.
Rabino Gustavo Surazski. Comunidad "Netzaj Israel", Ashkelon.
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Parashat Hashavua
jueves, 16 de julio de 2009
Alia
La Kehila Masortit Hakrayot da la bienvenida a las familias Shamush, Capuano y Rodriguez que hicieron alia en el marco del proyecto conjunto de la Kehila, la Municpalidad de Kiriat Bialik, la Sojnut y el Ministerio de Absorcion. Asimismo les desea suerte en su absorcion en nuestra querida Medina.
Tambien felicitamos a la Sra Adriana Rachkovsky, quien en estos dias asumio su cargo como Rakezet Klitat Alya. Suerte!
Tambien felicitamos a la Sra Adriana Rachkovsky, quien en estos dias asumio su cargo como Rakezet Klitat Alya. Suerte!
Olim Jadashim
Comenzaron a venir Olim Jadashim de Sudamerica, se acuerdan….? Ayer llegaron dos de las tres familias que debian llegar, y por la noche viene la tercera. Cualquier colaboracion, ayuda, sera fundamental en esta etapa.
Lo mas importante ahora es un poco de afecto,que no se sientan solos sino acompañados en este su primer shabat en Eretz Israel.
Asi que los convoco a colaborar , necesitamos tres familias voluntarias para compartir con ellos la noche de Shabat, darles calidez, hacerlos sentir realmente en casa!!
Todos los datos sirven! alquileres, cosas, muebles, y sobretodo buena onda!!!
Por favor, manden todos estos datos a mi email, mi telefono es 0504901282 048732422.
adrirach@windowslive.com
Muchas Gracias
Adriana Rachkovsky
Lo mas importante ahora es un poco de afecto,que no se sientan solos sino acompañados en este su primer shabat en Eretz Israel.
Asi que los convoco a colaborar , necesitamos tres familias voluntarias para compartir con ellos la noche de Shabat, darles calidez, hacerlos sentir realmente en casa!!
Todos los datos sirven! alquileres, cosas, muebles, y sobretodo buena onda!!!
Por favor, manden todos estos datos a mi email, mi telefono es 0504901282 048732422.
adrirach@windowslive.com
Muchas Gracias
Adriana Rachkovsky
"Reciclando la Vida"
Parashat Matot-Mase 5769
B"H
Las piedras grandes, primero...
Parashat Matot recuerda, entre otros pasajes, el pedido de las tribus de Reubén y Gad para heredar la tierra ubicada al este del río Jordán.
Moshé, infiriendo que estos se rehúsaban a participar en la conquista de la Tierra de Israel, los amonestó severamente diciéndoles: "¿Vuestros hermanos irán a la guerra, y vosostros permaneceréis aquí?" (BeMidvar 32, 6).
Al oír su respuesta, Moshé comprendió rápidamente que no se trataba de un caso clásico de deserción militar sino que sus razones tenían una raíz más profunda y compleja. Estas tribus deseaban aquellas fértiles tierras por tener numeroso ganado; no era su intención evadir el deber."Y acercáronse a él (a Moshé) y dijeron: "Edificaremos aquí corrales para nuestro ganado y ciudades para nuestros niños; y nosotros nos armaremos presurosos delante de los hijos de Israel, hasta que los traigamos a su lugar" (BeMidvar 32, 16-17).
Moshé vio con buenos ojos su disposición a alistarse con el resto de las tríbus de Israel. Sin embargo, decidió corregir su enunciado: "Edificad para vosotros ciudades, para vuestros niños y corrales para vuestras ovejas, y lo que salió de vuestra boca, haréis" (BeMidvar 32, 24).
RaSHI trae las palabras del Midrash Tanjuma al respecto: "Estaban más preocupados por sus bienes materiales que por sus hijos e hijas, dado que (en sus palabras) anticiparon su ganado a sus niños. Les dijo Moshé: "No así debe ser; hagan lo principal en primer término y lo secundario en segundo. Primero edifiquen ciudades para vuestros niños y luego corrales para el ganado".Moshé comprende que la falta de motivación no tenía que ver con la indiferencia. El análisis de aquellas dos tribus estaba distorsionado. Su escala de valores estaba invertida. Pensaban en sus ganados, sobre todas las cosas, postergando a sus hijos a un plano menor.
Leí hace un tiempo acerca de un asesor de empresas que quiso sorprender a los asistentes a una de sus conferencias.
Sacó de debajo del escritorio donde estaba sentado un frasco grande de boca ancha y colocándolo sobre la mesa junto a una bandeja de piedras preguntó: ‘¿Cuántas piedras piensan que entran en el frasco?’.
Después de que los asistentes hicieran sus conjeturas empezó a meter piedras hasta que llenó el frasco. Luego preguntó: ‘¿Está lleno?’.
Todo el mundo miró y dijo que sí.
Entonces sacó de debajo de la mesa un balde con canto rodado. Metió parte del canto rodado en el frasco y lo agitó. Las piedritas penetraron por los espacios que dejaban las piedras grandes. El experto sonrió con ironía y repitió la pregunta: ¿Está lleno? Esta vez los asistentes dudaron: Tal vez no...Puso en la mesa un balde con arena que comenzó a volcar en el frasco. La arena se filtraba en los pequeños recovecos que dejaban las piedras y el canto rodado. ‘¿Está lleno?’, preguntó de nuevo. ‘¡No!’, exclamaron los asistentes.
Finalmente tomó una jarra de agua que comenzó a verter en el frasco. El frasco aún no estaba lleno.‘¿Qué hemos demostrado?’, preguntó aquel hombre a la audiencia.
Un alumno respondió: ‘Que no importa lo llena que esté tu agenda, si lo intentas, siempre puedes hacer que quepan más cosas’.‘¡De ninguna manera!, concluyó el experto. Lo que esta lección nos enseña es, que si no colocas las piedras grandes primero, nunca podrás colocarlas después’.
Este era el problema de las tribus de Gad y Reubén. Dejaron las piedras grandes para el final.
Rabino Gustavo Surazski. Comunidad "Netzaj Israel", Ashkelon.
Las piedras grandes, primero...
Parashat Matot recuerda, entre otros pasajes, el pedido de las tribus de Reubén y Gad para heredar la tierra ubicada al este del río Jordán.
Moshé, infiriendo que estos se rehúsaban a participar en la conquista de la Tierra de Israel, los amonestó severamente diciéndoles: "¿Vuestros hermanos irán a la guerra, y vosostros permaneceréis aquí?" (BeMidvar 32, 6).
Al oír su respuesta, Moshé comprendió rápidamente que no se trataba de un caso clásico de deserción militar sino que sus razones tenían una raíz más profunda y compleja. Estas tribus deseaban aquellas fértiles tierras por tener numeroso ganado; no era su intención evadir el deber."Y acercáronse a él (a Moshé) y dijeron: "Edificaremos aquí corrales para nuestro ganado y ciudades para nuestros niños; y nosotros nos armaremos presurosos delante de los hijos de Israel, hasta que los traigamos a su lugar" (BeMidvar 32, 16-17).
Moshé vio con buenos ojos su disposición a alistarse con el resto de las tríbus de Israel. Sin embargo, decidió corregir su enunciado: "Edificad para vosotros ciudades, para vuestros niños y corrales para vuestras ovejas, y lo que salió de vuestra boca, haréis" (BeMidvar 32, 24).
RaSHI trae las palabras del Midrash Tanjuma al respecto: "Estaban más preocupados por sus bienes materiales que por sus hijos e hijas, dado que (en sus palabras) anticiparon su ganado a sus niños. Les dijo Moshé: "No así debe ser; hagan lo principal en primer término y lo secundario en segundo. Primero edifiquen ciudades para vuestros niños y luego corrales para el ganado".Moshé comprende que la falta de motivación no tenía que ver con la indiferencia. El análisis de aquellas dos tribus estaba distorsionado. Su escala de valores estaba invertida. Pensaban en sus ganados, sobre todas las cosas, postergando a sus hijos a un plano menor.
Leí hace un tiempo acerca de un asesor de empresas que quiso sorprender a los asistentes a una de sus conferencias.
Sacó de debajo del escritorio donde estaba sentado un frasco grande de boca ancha y colocándolo sobre la mesa junto a una bandeja de piedras preguntó: ‘¿Cuántas piedras piensan que entran en el frasco?’.
Después de que los asistentes hicieran sus conjeturas empezó a meter piedras hasta que llenó el frasco. Luego preguntó: ‘¿Está lleno?’.
Todo el mundo miró y dijo que sí.
Entonces sacó de debajo de la mesa un balde con canto rodado. Metió parte del canto rodado en el frasco y lo agitó. Las piedritas penetraron por los espacios que dejaban las piedras grandes. El experto sonrió con ironía y repitió la pregunta: ¿Está lleno? Esta vez los asistentes dudaron: Tal vez no...Puso en la mesa un balde con arena que comenzó a volcar en el frasco. La arena se filtraba en los pequeños recovecos que dejaban las piedras y el canto rodado. ‘¿Está lleno?’, preguntó de nuevo. ‘¡No!’, exclamaron los asistentes.
Finalmente tomó una jarra de agua que comenzó a verter en el frasco. El frasco aún no estaba lleno.‘¿Qué hemos demostrado?’, preguntó aquel hombre a la audiencia.
Un alumno respondió: ‘Que no importa lo llena que esté tu agenda, si lo intentas, siempre puedes hacer que quepan más cosas’.‘¡De ninguna manera!, concluyó el experto. Lo que esta lección nos enseña es, que si no colocas las piedras grandes primero, nunca podrás colocarlas después’.
Este era el problema de las tribus de Gad y Reubén. Dejaron las piedras grandes para el final.
Rabino Gustavo Surazski. Comunidad "Netzaj Israel", Ashkelon.
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Parashat Hashavua
miércoles, 8 de julio de 2009
Parashat Pinjás 5769
B"H
Haciendo un Sacrificio
Cuando un Sofer STaM quiere evaluar el "estado de salud" de un determinado Sefer Torá una de las primeras acciones que toma es dirigirse a Parashat Pinjás. Siviéndonos de la parábola médica podríamos afirmar que Parashat Pinjás es el lugar por el cual se le toma la presión al Sefer...
Si uno recorre con la vista cualquier Sefer Torá va a apreciar que la porción más maltrecha siempre será Parashat Pinjás. La razón es simple; es la porción más leída del año. El maftir de cada festividad y de cada Rosh Jodesh pertenece a esta sección. Mientras que la mayoría de las secciones de la Torá son leídas tan sólo una vez al año, Pinjás es leída más de veinte veces lo cual provoca una lógico desgaste en su escritura.
¿Cuál es la relación de esta Parashá con Pesaj, Shavuot, Sukot, los Rashei Jodashim y con todas las fiestas de Israel?
En su sección final, Parashat Pinjás contiene un listado de todos los sacrificios públicos que se realizaban en el Santuario durante los días ordinarios y los días de fiestas. Cientos y cientos de animales eran traídos al Beit HaMikdash a lo largo del año a modo de sacrificios públicos.
Sin embargo, hoy no deseo hablar del modo en que se realizaban estas ofrendas. Deseo referirme a otro aspecto que atañe a la cuestión y que es de suma relevancia.
¿Quién solventaba estos sacrificios públicos? (¡Un novillo cuesta mucha plata hoy y costaba mucho entonces!).
¿Quién era el responsable de proveer esos animales al Templo?
La respuesta es: TODOS. Todo el pueblo de Israel era partícipe de la Avodat HaKodesh, del sagrado servicio del Beit HaMikdash.
El Talmud nos cuenta que a partir del 15 de Adar se ubicaban puestos a lo largo y a lo ancho del país para reclamar los fondos (el medio shekel) necesarios para solventar los gastos generales y los sacrificios públicos que se ofrendaban en el Beit HaMikdash (Meguilá 29b). RaSHI en su comentario al Talmud nos cuenta que las autoridades tenían poder coercitivo para embargar los bienes de aquellos que se negaban a participar de la Avodat HaKodesh (RaSHI ibid.).
Esto merece una reflexión: Ser parte del Avodat HaKodesh (que en nuestros días significa contribuir al mantenimiento de las sinagogas y las instituciones judías a la que asistimos con regularidad) es una responsabilidad indelegable. Hacerse el distraído es una transgresión mayúscula.
Un viejo chiste judío cuenta acerca de un joven que quería ingresar al Beit HaKneset en Rosh HaShaná para pedirle las llaves de su casa a su padre que estaba rezando adentro.
Sin embargo el joven no había ‘comprado’ su sitial para las Altas Fiestas. Cuando quiere ingresar, el shomer le pide su ‘entrada’ y el joven le dice no la tenía y que sólo deseaba ingresar unos minutos para pedirle las llaves a su padre y volver a su casa.
El shomer miró al joven y le dijo:‘Está bien, puedes entrar. ¡Pero que no te pezque rezando!’.
Entendámoslo bien: Cuando compramos un ‘sitial’ en las Fiestas no estamos comprando una platea para rezar. Cuando abonamos nuestra membresía anual a la sinagoga, no estamos comprando un servicio. Cuando ‘pagamos’ el Bar Mitzvá de nuestros hijos, no estamos ‘comprando’ minutos ‘de aire’ en los cuales nuestros hijos serán actores de una ceremonia religiosa.
Cuando compramos un sitial para los Jaguim, pagamos nuestra membresía a la sinagoga o abonamos un Bar Mitzvá para nuestros hijos estamos siendo parte de la Avodat HaKodesh. Y esto es algo indelegable, si asistimos a una congregación religiosa.
Un Beit Kneset no es un prestador de servicios. Servicios nos da la empresa de electricidad o el servidor de internet. Sostener un Beit HaKneset es Avodat HaKodesh. Es comparable a los sacrificios públicos que menciona Parashat Pinjás.
Y no es lícito, ni es justo, ni es procedente, reclamar sacrificios a nuestras congregaciones, si en nuestro fuero íntimo no estamos dispuestos nosotros a hacer uno.
Rabino Gustavo Surazski. Comunidad "Netzaj Israel", Ashkelon.
Haciendo un Sacrificio
Cuando un Sofer STaM quiere evaluar el "estado de salud" de un determinado Sefer Torá una de las primeras acciones que toma es dirigirse a Parashat Pinjás. Siviéndonos de la parábola médica podríamos afirmar que Parashat Pinjás es el lugar por el cual se le toma la presión al Sefer...
Si uno recorre con la vista cualquier Sefer Torá va a apreciar que la porción más maltrecha siempre será Parashat Pinjás. La razón es simple; es la porción más leída del año. El maftir de cada festividad y de cada Rosh Jodesh pertenece a esta sección. Mientras que la mayoría de las secciones de la Torá son leídas tan sólo una vez al año, Pinjás es leída más de veinte veces lo cual provoca una lógico desgaste en su escritura.
¿Cuál es la relación de esta Parashá con Pesaj, Shavuot, Sukot, los Rashei Jodashim y con todas las fiestas de Israel?
En su sección final, Parashat Pinjás contiene un listado de todos los sacrificios públicos que se realizaban en el Santuario durante los días ordinarios y los días de fiestas. Cientos y cientos de animales eran traídos al Beit HaMikdash a lo largo del año a modo de sacrificios públicos.
Sin embargo, hoy no deseo hablar del modo en que se realizaban estas ofrendas. Deseo referirme a otro aspecto que atañe a la cuestión y que es de suma relevancia.
¿Quién solventaba estos sacrificios públicos? (¡Un novillo cuesta mucha plata hoy y costaba mucho entonces!).
¿Quién era el responsable de proveer esos animales al Templo?
La respuesta es: TODOS. Todo el pueblo de Israel era partícipe de la Avodat HaKodesh, del sagrado servicio del Beit HaMikdash.
El Talmud nos cuenta que a partir del 15 de Adar se ubicaban puestos a lo largo y a lo ancho del país para reclamar los fondos (el medio shekel) necesarios para solventar los gastos generales y los sacrificios públicos que se ofrendaban en el Beit HaMikdash (Meguilá 29b). RaSHI en su comentario al Talmud nos cuenta que las autoridades tenían poder coercitivo para embargar los bienes de aquellos que se negaban a participar de la Avodat HaKodesh (RaSHI ibid.).
Esto merece una reflexión: Ser parte del Avodat HaKodesh (que en nuestros días significa contribuir al mantenimiento de las sinagogas y las instituciones judías a la que asistimos con regularidad) es una responsabilidad indelegable. Hacerse el distraído es una transgresión mayúscula.
Un viejo chiste judío cuenta acerca de un joven que quería ingresar al Beit HaKneset en Rosh HaShaná para pedirle las llaves de su casa a su padre que estaba rezando adentro.
Sin embargo el joven no había ‘comprado’ su sitial para las Altas Fiestas. Cuando quiere ingresar, el shomer le pide su ‘entrada’ y el joven le dice no la tenía y que sólo deseaba ingresar unos minutos para pedirle las llaves a su padre y volver a su casa.
El shomer miró al joven y le dijo:‘Está bien, puedes entrar. ¡Pero que no te pezque rezando!’.
Entendámoslo bien: Cuando compramos un ‘sitial’ en las Fiestas no estamos comprando una platea para rezar. Cuando abonamos nuestra membresía anual a la sinagoga, no estamos comprando un servicio. Cuando ‘pagamos’ el Bar Mitzvá de nuestros hijos, no estamos ‘comprando’ minutos ‘de aire’ en los cuales nuestros hijos serán actores de una ceremonia religiosa.
Cuando compramos un sitial para los Jaguim, pagamos nuestra membresía a la sinagoga o abonamos un Bar Mitzvá para nuestros hijos estamos siendo parte de la Avodat HaKodesh. Y esto es algo indelegable, si asistimos a una congregación religiosa.
Un Beit Kneset no es un prestador de servicios. Servicios nos da la empresa de electricidad o el servidor de internet. Sostener un Beit HaKneset es Avodat HaKodesh. Es comparable a los sacrificios públicos que menciona Parashat Pinjás.
Y no es lícito, ni es justo, ni es procedente, reclamar sacrificios a nuestras congregaciones, si en nuestro fuero íntimo no estamos dispuestos nosotros a hacer uno.
Rabino Gustavo Surazski. Comunidad "Netzaj Israel", Ashkelon.
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Parashat Hashavua
jueves, 2 de julio de 2009
Parashat Balak 5769
B"H
El Síndrome Balak
Hace algunos años, recién llegado a Israel, pregunté a un olé vatik acerca del proceso de klita y de aclimatación al país.
Recordaré siempre lo que me dijo: "El proceso es simple; tiene tres etapas"."La primera etapa es cuando –recién llegado- te enojas con la Sojnut"."La segunda etapa, comienza alrededor del tercer año: es cuando comienzas a enojarte con el gobierno"."La tercera etapa, es la última. Es cuando comienzas a enojarte con los vicios de los olim jadashim, que van llegando al país". Y entonces finalizó y me dijo: "Cuando llegues a esa etapa, es porque tu klitá terminó".
Aun cuando no estoy seguro que los plazos mencionados en esta parábola sean del todo correctos, lo que sin duda es cierto es que tenemos una formidable capacidad para quejarnos y mostrar insatisfacción por las cosas que ocurren en nuestra sociedad.
Que la gente aquí es muy ruidosa.
Que la Sojnut no cumple lo prometido.
Que la gente no conoce los buenos modales.
Que el gobierno de aquí se parece al gobierno de allí.
Son todos argumentos que tienen una pizca de verdad, pero que están empapados de un síndrome muy israelí, al que me gusta llamar el "Síndrome Balak".
¿Qué es el "Síndrome Balak"?
Balak ben Tzipor era rey de Moab y había contratado a Bilam ben Beor, a fin de maldecir a Israel. Balak sabía que Bilam tenía un poder muy especial: aquel a quien bendecía era bendito y aquel a quién maldecía era maldito.
La Torá nos cuenta que Balak lleva a Bilam a la punta de un cerro para que pronuncie la esperada maldición que acabe con la gracia de los hijos de Israel. Pero ocurrió lo inesperado; cuando de boca de Bilam debían salir palabras de maldición, sólo salieron perlas, elogios y bendiciones para los hijos de Israel.
Desorientado Balak por la ‘falta de oficio’ de su contratado decide subirlo a otro cerro para que vea desde allí a Israel.‘Y le dijo Balak: Ven conmigo a otro lugar del cual podrás verlo. Pero sólo su extremo verás y maldícelo para mí desde allí’ (BeMidvar 23, 13).
Balak, que seguramente conocía perfectamente la topografía del lugar, decide subir al brujo a un lugar desde el cual sólo puede observar un extremo del pueblo.
¿Por qué?
Ese es el Síndrome Balak. Si algo es malo, TODO es malo.
Los defectos de una parte se transforman en defectos del conjunto.
Balak necesitaba conseguir la maldición de Bilam. Para hacerlo, lo mejor era que Bilam viera sólo una sección del pueblo. Que invalide a un pueblo entero por tener aspectos defectuosos.
El "Síndrome Balak" nos envenena.
Nosotros tenemos ese mismo síndrome cuando miramos solo aquellos aspectos de esta sociedad que nos lastiman y nos duelen.
Pero además del "Síndrome Balak" existe el "Síndrome Bilam", no menos peligroso. Bilam, de acuerdo a nuestros sabios, era ciego de un ojo. Ese síndrome también nos envenena.
Nada mejor –para maldecir- que ver solo una parte del pueblo con el único ojo del que disponemos.
Di-s nos regaló dos ojos no sólo porque es estético. Lo hizo porque sólo con dos ojos, podemos tener una mirada profunda de tres dimensiones.
Es peligroso ver el mundo "a la Bilam". Es peligroso mirarlo desde donde lo mira Balak.
Y es cierto que la gente aquí a menudo es muy ruidosa.
Que la Sojnut alguna promesa no cumplió.
Que algunos no conocen los buenos modales.
Que el gobierno de aquí por momentos se parece al gobierno de allí.
Pero eso es solo una parte de la historia.
Esa es la mirada de un solo ojo.
Si abrimos el otro ojo y miramos el cuadro completo nos habremos curado del "Síndrome Balak" y del "Síndrome Bilam".
Rabino Gustavo Surazski. Comunidad "Netzaj Israel", Ashkelon.
El Síndrome Balak
Hace algunos años, recién llegado a Israel, pregunté a un olé vatik acerca del proceso de klita y de aclimatación al país.
Recordaré siempre lo que me dijo: "El proceso es simple; tiene tres etapas"."La primera etapa es cuando –recién llegado- te enojas con la Sojnut"."La segunda etapa, comienza alrededor del tercer año: es cuando comienzas a enojarte con el gobierno"."La tercera etapa, es la última. Es cuando comienzas a enojarte con los vicios de los olim jadashim, que van llegando al país". Y entonces finalizó y me dijo: "Cuando llegues a esa etapa, es porque tu klitá terminó".
Aun cuando no estoy seguro que los plazos mencionados en esta parábola sean del todo correctos, lo que sin duda es cierto es que tenemos una formidable capacidad para quejarnos y mostrar insatisfacción por las cosas que ocurren en nuestra sociedad.
Que la gente aquí es muy ruidosa.
Que la Sojnut no cumple lo prometido.
Que la gente no conoce los buenos modales.
Que el gobierno de aquí se parece al gobierno de allí.
Son todos argumentos que tienen una pizca de verdad, pero que están empapados de un síndrome muy israelí, al que me gusta llamar el "Síndrome Balak".
¿Qué es el "Síndrome Balak"?
Balak ben Tzipor era rey de Moab y había contratado a Bilam ben Beor, a fin de maldecir a Israel. Balak sabía que Bilam tenía un poder muy especial: aquel a quien bendecía era bendito y aquel a quién maldecía era maldito.
La Torá nos cuenta que Balak lleva a Bilam a la punta de un cerro para que pronuncie la esperada maldición que acabe con la gracia de los hijos de Israel. Pero ocurrió lo inesperado; cuando de boca de Bilam debían salir palabras de maldición, sólo salieron perlas, elogios y bendiciones para los hijos de Israel.
Desorientado Balak por la ‘falta de oficio’ de su contratado decide subirlo a otro cerro para que vea desde allí a Israel.‘Y le dijo Balak: Ven conmigo a otro lugar del cual podrás verlo. Pero sólo su extremo verás y maldícelo para mí desde allí’ (BeMidvar 23, 13).
Balak, que seguramente conocía perfectamente la topografía del lugar, decide subir al brujo a un lugar desde el cual sólo puede observar un extremo del pueblo.
¿Por qué?
Ese es el Síndrome Balak. Si algo es malo, TODO es malo.
Los defectos de una parte se transforman en defectos del conjunto.
Balak necesitaba conseguir la maldición de Bilam. Para hacerlo, lo mejor era que Bilam viera sólo una sección del pueblo. Que invalide a un pueblo entero por tener aspectos defectuosos.
El "Síndrome Balak" nos envenena.
Nosotros tenemos ese mismo síndrome cuando miramos solo aquellos aspectos de esta sociedad que nos lastiman y nos duelen.
Pero además del "Síndrome Balak" existe el "Síndrome Bilam", no menos peligroso. Bilam, de acuerdo a nuestros sabios, era ciego de un ojo. Ese síndrome también nos envenena.
Nada mejor –para maldecir- que ver solo una parte del pueblo con el único ojo del que disponemos.
Di-s nos regaló dos ojos no sólo porque es estético. Lo hizo porque sólo con dos ojos, podemos tener una mirada profunda de tres dimensiones.
Es peligroso ver el mundo "a la Bilam". Es peligroso mirarlo desde donde lo mira Balak.
Y es cierto que la gente aquí a menudo es muy ruidosa.
Que la Sojnut alguna promesa no cumplió.
Que algunos no conocen los buenos modales.
Que el gobierno de aquí por momentos se parece al gobierno de allí.
Pero eso es solo una parte de la historia.
Esa es la mirada de un solo ojo.
Si abrimos el otro ojo y miramos el cuadro completo nos habremos curado del "Síndrome Balak" y del "Síndrome Bilam".
Rabino Gustavo Surazski. Comunidad "Netzaj Israel", Ashkelon.
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